Acuñar es un verbo que puede proceder de cuño o de cuña. La acción suele referirse a confeccionar una moneda, un medallón, una medalla u otra pieza metálica. Por ejemplo: “El gobierno analiza acuñar una moneda especial para conmemorar el aniversario de la independencia”.
Este significado de la noción se asocia a la impresión o el sellado de una pieza a través del uso de un troquel o de un cuño. Con el tiempo, por extensión, a la impresión de billetes también se la empezó a conocer como acuñar.
Es curioso conocer, por ejemplo, que se establece que Alejandro Magno fue la primera persona en apostar porque las monedas que se acuñaban en ese momento llevaran un retrato, en concreto, en primer lugar de dioses y luego el suyo. Algo que en la actualidad es muy normal, encontrándonos, por ejemplo, las que poseen las caras de los reyes de los países.
Se determina que la Revolución Industrial fue un hecho muy relevante en este sentido, ya que fue la que permitió que se diera un paso relevante a la hora de acuñar monedas. Y es que se desarrollaron maquinarias y sistemas que facilitaban y perfeccionaban notablemente la operación.
Partiendo del término que nos ocupa y de este significado que estamos abordando, podemos subrayar que cuando se pone en circulación la versión más moderna de cualquier moneda o billete, por ejemplo, se los denomina de nuevo cuño.
En España podemos indicar que la acuñación del dinero, en cualquiera de sus dos formatos, se realiza a través de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre. Además, en el caso de su Real Casa de la Moneda hay que subrayar que inició su actividad en la década de los años 90 con la acuñación de monedas de plata con un valor de 2.000 pesetas.
Desde entonces se dedica a acuñar monedas anualmente que tienen la particularidad de conmemorar a eventos, personajes o situaciones importantes como el V Centenario de Cristóbal Colón, el Día Internacional de la Mujer, el 400 Aniversario de El Greco o el IV Centenario de la muerte de Cervantes.
El desarrollo de frases o expresiones que logran volverse populares o que alcanzan una difusión masiva también se conoce como acuñar: “El filósofo alemán fue el responsable de acuñar este término”, “No me propongo acuñar ningún concepto, solo me interesa dar a conocer mi teoría”, “Los repetidos hechos cometidos por delincuentes en motocicleta llevó a acuñar la expresión ‘motochorro’ en Argentina”.
El diccionario de la Real Academia Española (RAE) también menciona que acuñar alude a introducir cuñas. Una cuña, en este sentido, es un objeto que finaliza en punta y que sirve para oprimir o ajustar diferentes objetos, logrando que se ubiquen en un espacio o haciendo que calcen.
Al acuñar, de este modo, se ajusten diferentes cosas entre sí, permitiendo que encajen: “Por favor, no apoyes nada sobre la mesa: debo acuñar la pata que se salió”, “Voy a acuñar el automóvil para que no pueda desplazarse”, “Ante la emergencia, el hombre trató de acuñar las diferentes partes de la estructura para evitar el derrumbe”.
