Adolecer es un concepto que puede utilizarse con referencia a provocar una enfermedad o un dolor. La noción alude a sufrir un trastorno de salud o a tener algún tipo de inconveniente.
Por ejemplo: “Aquel que no se cuida con la bebida puede adolecer de cirrosis”, “Si no logramos captar inversiones, la provincia va a adolecer de problemas económicos en el corto plazo”, “El presidente acusó al líder opositor de adolecer de incapacidad”.
La idea de adolecer, por lo tanto, puede asociarse a un padecimiento. Supongamos que un hombre afirma que sus proyectos empresariales son excelentes pero reconoce que adolecen de solidez técnica para desarrollarse. En este caso, el sujeto hace hincapié en lo interesante o atractivos que resultan sus proyectos en teoría aunque advierte que padecen la falta de validez técnica para materializarse y llevarse a cabo. El hecho de adolecer, por lo tanto, se vincula a un defecto de estos proyectos.
Muchas veces, sin embargo, se emplea adolecer como sinónimo de carecer: “Si el entrenador sigue eligiendo jugadores veteranos, el equipo siempre va a adolecer de velocidad”. En este ejemplo, el conjunto deportivo no tiene “velocidad” ya que su director técnico elige “jugadores veteranos”. Lo que se adolece no es un problema que sufre el equipo en sí, sino algo de lo que carece. Por eso lo apropiado sería utilizar el verbo carecer (“Si el entrenador sigue eligiendo jugadores veteranos, el equipo siempre va a carecer de velocidad”) y no adolecer.
Es importante mencionar que, aunque suele decirse que la palabra adolescencia deriva de adolecer (y se asocien los conflictos de la pubertad con el término), ambos vocablos tienen diferentes raíces etimológicas.
Además de todo lo expuesto, no podemos pasar por alto la existencia de un libro que utiliza en su título el término que nos ocupa. Nos estamos refiriendo a “Adolecer. La aventura de una metamorfosis”. Se trata de una obra publicada en el año 1993 por el autor Guillermo Carvajal Corzo.
Ese es un psiquiatra, psicoanalista e investigador especializado en educación que con ese trabajo lo que intentó es llevar a cabo una visión psicoanalítica de la fase de la adolescencia. Para eso, divide la citada etapa en varios periodos diferenciados, destacando de modo especial los dos primeros:
-La etapa puberal, en la que se producen los cambios propios de la pubertad y en la que los menores tienen que hacerle frente a una larga lista de temores y miedos.
-La etapa de adolescencia nuclear, donde el adolescente no solo intenta aceptarse a sí mismo y buscar su propia identidad sino también conseguir una notable igualdad en la relación con los demás.
Dentro del ámbito del Derecho tenemos que subrayar la existencia de lo que se conoce como adolecer. En este caso, podemos exponer que dentro del mismo se habla de adolecer de nulidad. Esto lo que viene a hacer referencia es a un modo de nulidad de un contrato, por ejemplo, que tiene lugar cuando el mismo no es contrario a una normativa y tiene todos los contenidos que se necesitan, pero dispone de un vicio o defecto que le hacen susceptible de provocar una ineficacia.
