El vocablo latino capitulatio llegó al castellano como capitulación. El primer significado mencionado por el diccionario de la Real Academia Española (RAE) hace referencia a un acuerdo establecido entre dos o más partes sobre un tema que suele ser trascendente o crítico.
En el ámbito del derecho, existe la capitulación matrimonial: el convenio establecido por los esposos, ya sea antes de contraer matrimonio o después, para determinar cómo se organizará la economía de la pareja y de qué modo se realizarán los pactos sucesorios.
En esas capitulaciones matrimoniales lo que harán los cónyuges será establecer si van a tener un régimen de bienes gananciales o uno de separación de bienes. De la misma manera, hay que establecer que tienen que llevarse a cabo ante un notario que les dará forma de escritura. Lo habitual es realizarlas antes de casarse o bien justamente después de pasar por el altar.
A todo eso hay que añadir que esas capitulaciones matrimoniales pueden modificarse en el momento que las dos partes implicadas quieran cambiar el citado régimen económico.
Capitulación también el arreglo que establece la rendición de una fuerza o ejército. Dichos acuerdos suelen constar de varios capítulos que fijan las condiciones del caso.
La capitulación supone que una fuerza reconoce su derrota y desiste de seguir combatiendo. De manera simultánea concede sus posesiones al otro bando a cambio del cumplimiento de determinadas cuestiones, que son acordadas por los jefes y deben ser acatadas por los subordinados.
La Capitulación de Ayacucho, la Capitulación de Potosí, la Capitulación de Toledo y la Capitulación de Franzburgo son algunas capitulaciones que, por su importancia o sus alcances, han quedado en la historia.
Hay capitulaciones que van más allá de una rendición y que implican otros acuerdos, como mencionábamos líneas arriba. Se llamaba capitulación de conquista, en este marco, al contrato establecido por un monarca y un individuo particular para quedarse con un territorio y reclutar soldados.
Dentro de la historia tenemos que establecer que, sin lugar a dudas, unas de las capitulaciones de este tipo más importantes han sido las llamadas Capitulaciones de Santa Fe. Se dieron llamadas así porque fueron suscritas en la localidad granadina de Santa Fe.
El 17 de abril de 1492 fue cuando los Reyes Católicos llevaron a cabo las mismas donde venían a recogerse los acuerdos a los que habían llegado con Cristóbal Colón en cuanto a la expedición que pretendía llevar a cabo y que llevaría al descubrimiento de América. El redactor de las mismas fue el secretario de los monarcas, Juan de Coloma.
Entre los acuerdos más significativos podemos destacar que se recogían el otorgarle a Colón una décima parte de los beneficios que obtuviera; el ser nombrado almirante, virrey y gobernador general de las tierras que descubriera; el diezmo de las mercancías que ganase o que hubiera en los terrenos que conquistara…
La capitulación de cónclave, por otra parte, consistía en la firma de un documento para reflejar el acuerdo logrado entre los integrantes del Colegio Cardenalicio al inicio de un cónclave; dicho acuerdo establecía cómo serían las relaciones entre los cardenales y el futuro papa.
