El término desbocado procede del verbo desbocar: romper o extraer la boca de algo; descontrolarse; crecer sin moderación ni freno. Las primeras acepciones del concepto que menciona la Real Academia Española (RAE) en su diccionario están vinculadas a armamentos y herramientas.
Un cañón desbocado, en este sentido, es aquel cuya boca resulta más ancha que el resto del ánima. Un instrumento desbocado, por su parte, tiene la boca deteriorada o gastada.
La idea de desbocado, de todos modos, suele usarse coloquialmente de distintas formas. Un animal desbocado, por ejemplo, es aquel que corre sin control: “Un toro desbocado provocó una tragedia en un pueblo español”, “Los conductores se sorprendieron al encontrarse con un caballo desbocado en la avenida”, “¿Cómo puedes detener a un elefante desbocado?”.
Desbocado también es aquello que se dispara: es decir, que evidencia un crecimiento marcado: “Los dirigentes políticos tiene la obligación de combatir el racismo desbocado que aqueja a muchas regiones”, “La inflación desbocada hace que, cada mes, miles de personas caigan en la pobreza”, “El militarismo desbocado solo puede provocar violencia y muerte”.
Además de todo lo indicado, no podemos pasar por alto tampoco que este adjetivo se utiliza para hacer referencia al amor. Así, es habitual hablar de amor desbocado para referirse a aquel que es “loco”, muy pasional, desenfrenado y que parece no tener límites.
Por otro lado, se dice que un individuo está desbocado cuando se expresa de manera agresiva, indecente o grosera: “Si sigue hablándole al jefe en ese tono, se quedará sin trabajo: está desbocado”, “El actor, desbocado, criticó con dureza al director de la película”, “Una persona desbocada siempre genera daño”.
En el ámbito de la música también se emplea el adjetivo que nos ocupa para darle título a distintas composiciones. Un ejemplo de ello es la canción “Caballo desbocado”, que pertenece y es interpretada por el grupo de heavy metal Barón Rojo. En concreto, forma parte del álbum discográfico que lleva por título “Ultimasmentes”, que se publicó en el año 2006 y que está formada por trece canciones.
La noción de desbocado, por último, aparece en los títulos de varias obras: “El amor es un potro desbocado” de Luis Escobar Kirkpatrick, “El placer desbocado” de Ernesto Schoo, “Caballos desbocados” de Yukio Mishima y otras.
De la misma manera, además de estas obras señaladas no podemos olvidar otras que también incluyen en sus títulos el término que ahora nos ocupa. Este sería el caso, por ejemplo, de la novela “Corazones desbocados”, que fue publicada en castellano en el año 2016 y que está escrita por J.R. Ward.
Dentro del género romántico se encuentra esa historia que viene a contar cómo una mujer decide adquirir un caballo para convertirse en campeón de las distintas competiciones hípicas. Todo el mundo cree que ha cometido una locura, pues el animal es un verdadero indomable, pero ella confía en él y sabe que no es así. Además, contará con la ayuda de un especialista en caballos, que cuenta con un carácter realmente difícil y que le robará el corazón a la protagonista.
