En el latín es donde se encuentra el origen etimológico del verbo disimular que ahora nos ocupa. En concreto, deriva de “dissimulare”, que puede traducirse como “ocultar”. Palabra esta que es fruto de la suma de tres componentes claramente delimitados:
-El prefijo “dis-”, que significa “separación”.
-El sustantivo “similis”, que es sinónimo de “semejante”.
-El sufijo “-ar”, que se emplea para crear formas verbales.
Esta acción refiere a esconder o cubrir de manera astuta los sentimientos, los pensamientos, las intenciones u otra cosa. Por ejemplo: “¿Por qué tratas de disimular? Ya sé que estás mirando a aquella chica”, “Quise comer una porción de torta sin que mi madre se diera cuenta, pero soy muy malo para disimular”, “Aunque el presidente intente disimular sus verdaderos propósitos, lo que pretende en realidad es aumentar la desocupación para que desciendan los salarios y así beneficiar a sus amigos empresarios”.
Para disimular, es necesario tener picardía y sutileza. De lo contrario otras personas pueden descubrir qué es aquello que se desea ocultar. Supongamos que, en una evaluación, un joven quiere copiarse de su compañero. Para evitar que el profesor lo descubra y lo castigue, tiene que disimular. Si comienza a chistar y realiza movimientos bruscos para ver qué escribió su compañero, lo más probable es que el docente se dé cuenta y le aplique una sanción.
Disimular también puede consistir en modificar la apariencia o las características de algo para que parezca diferente de lo que en realidad es. Un sujeto puede disimular las arrugas de su rostro con maquillaje, por citar una posibilidad.
Precisamente el verbo disimular se ha convertido en vital dentro del ámbito de la imagen. Y es que hoy, teniendo en cuenta que vivimos en una sociedad donde cada vez se le da más importancia a esa, todos o casi todos intentamos disimular algún elemento de nuestro aspecto.
Así, no solo se recurre a ocultar las arrugas sino también las varices, la calvicie, las ojeras, una nariz grande, el poco pecho, la baja estatura, las canas e incluso las cicatrices que se puedan tener.
Precisamente por esta circunstancia entre los profesionales que más éxito y demanda tienen están los peluqueros, los maquilladores, los personal shoppers e incluso los médicos especializados en cirugía plástica y estética.
En muchas ocasiones, además, sucede que hay que intentar disimular por educación que alguien no nos cae bien. En ese caso, se puede recurrir al empleo de técnicas o “instrumentos” tales como establecer una sonrisa forzada, evitar mantener un contacto con esa persona, mantener la calma en todo momento, ser amable y cortés para, en cuanto es posible, alejarse de donde se encuentra esa persona…
Aparentar no conocer algún hecho es otro acto que puede entenderse como disimular: “¡Deja de disimular! Me dijo Ana que ya sabes lo que ocurrió con Celina”, “No hace falta que trates de disimular, soy conciente de que es notorio que estoy embarazada”, “Te anticipo que tu novio te está organizando una fiesta sorpresa en tu casa: de todos modos, para no hacerlo sentir mal, disimula cuando abras la puerta y encuentres a todos tus amigos”.
