Irregular es un adjetivo que permite nombrar a lo que está fuera de regla o resulta contrario a ella. El término, procedente del latín irregularis, resulta opuesto a regular, que es aquello ajustado y conforme a regla, uniforme o que no sufre grandes variaciones.
Por ejemplo: “La licitación fue irregular ya que no estuvo sometida a los controles habituales por parte de los organismos fiscalizadores”, “La conexión eléctrica de la fábrica es irregular: no cumple con los parámetros exigidos por la ley”, “Necesitamos normalizar esta actividad irregular para evitar accidentes y otros problemas”, “El gobierno debe perseguir a todo aquel que ofrezca empleo irregular y que atente contra los derechos de los trabajadores”.
Lo irregular no es uniforme ni se ajusta a una regla.
TemasCaracterísticas de algo irregular
Irregular también es aquel o aquello que no rinde siempre del mismo modo o que no presenta el mismo comportamiento.
El concepto permite señalar, además, a lo que no sucede ordinariamente: “Mi trabajo es irregular, tengo meses buenos y meses malos”, “El equipo mostró un rendimiento irregular a lo largo del torneo, con altas y bajas”, “Le aseguro que esto es irregular, no solemos tener estos inconvenientes”, “Si no fuera tan irregular, este tenista formaría parte del Top Ten”, “No puedo entender qué ocurrió: este acontecimiento fue algo irregular”.
La noción de irregular se emplea en la geometría.
El concepto en la geometría
Para la geometría, un polígono (o un poliedro) irregular es aquel que no es regular, o sea, que sus lados (o caras) y ángulos no son iguales entre sí. Una prueba de ello es que todos sus vértices no pueden formar parte de una misma circunferencia, como sí ocurre, por ejemplo, con un cuadrado. Una de las ventajas de los polígonos irregulares con respecto a los regulares es que para su construcción no se hace necesario el uso de un compás, sino que basta con una regla o guía para unir sus vértices.
Existe, sin embargo, una limitación a la hora de construir un polígono irregular: no es posible unir un punto a dos o más, sino que la conexión debe ser de uno a uno. La clasificación de los polígonos irregulares es equivalente a la de los regulares, ya que se distinguen según el número de lados que los conformen; de este modo, encontramos triángulos, pentágonos, decágonos y hectágonos, entre la infinidad de posibilidades.
El cálculo del perímetro de un polígono irregular es muy sencillo: simplemente se debe sumar la longitud de cada uno de sus lados. Con respecto a su área, es necesario recurrir a la técnica conocida como triangulación, que consiste en partir un polígono en tantos triángulos como sea posible (cabe mencionar que también se aceptan cuadriláteros); una vez obtenidas dichas figuras, simplemente se procede a averiguar sus áreas y, finalmente, se suman para dar con el área del polígono irregular del cual forman parte.
Noción de irregular en la gramática
La gramática, por último, sostiene que irregular es todo lo que, en una lengua, se aparta del tipo que se considera normal. Por ejemplo, los verbos irregulares son aquellos que no se rigen según el modelo de conjugación de amar, temer y partir a la hora de conjugarse. En otras palabras, la raíz de un verbo irregular atraviesa modificaciones en su raíz cuando se conjuga, a diferencia de lo que ocurre con los tres antes mencionados.
Esto se puede advertir claramente si se toma como ejemplo el verbo «caber» y se lo conjuga en el tiempo presente del modo indicativo, ya que en «quepo», por ejemplo, no quedan rastros de la raíz ca-. Otros verbos que pertenecen a este grupo son «sentir», «llegar», «conocer», «vencer» y «entender»; nótese que las variaciones no siempre son tan evidentes como en el caso de «caber». Por otro lado, se encuentran los defectivos, un interesante subgrupo de verbos que no pueden conjugarse en todas las personas o tiempos; tal es el caso de «llover».
