Tremendo, con origen en el latín tremendus, es un adjetivo que se emplea para calificar diferentes cuestiones. La primera acepción del diccionario de la Real Academia Española (RAE) alude a aquello que es aterrador, espantoso o espeluznante.
Por ejemplo: “Un tremendo accidente en el puente San Juan provocó la muerte de cinco personas”, “Tremenda explosión en una fábrica de productos químicos: dos trabajadores fallecieron y cinco resultaron gravemente heridos”, “La verdad que estoy pasando por un momento tremendo que no se lo deseo a nadie”.
En la etimología del término tremendo se esconde un significado que no solemos advertir: temblar. La raíz latina mencionada en el primer párrafo, tremendus, no es otra cosa que el gerundivo (una forma verbal impersonal) del verbo latino que en nuestra lengua es «temblar», aunque también derivó en otras palabras relacionadas con el temor. Por lo tanto, al hablar de «algo tremendo» deberíamos pensar en una situación digna de provocar temblores.
Este significado del concepto, como puede apreciarse, implica una carga negativa. Tremendo, sin embargo, también puede utilizarse para destacar cuestiones valorables. Algo tremendo, en este sentido, puede provocar admiración: “El delantero sueco anotó un tremendo gol en el partido de anoche”, “¡Tremendo logro del cine nacional! Más de tres millones de espectadores vieron la nueva película de Gómez”, “El joven hizo un esfuerzo tremendo para llegar a esta lugar y merece respeto”.
Aquello que causa asombro puede calificarse como tremendo: “Esta noticia es tremenda: no sé cómo reaccionará el jefe”, “La tremenda revelación del cantante: dijo que vivió en la calle durante toda su adolecencia”, “La renuncia del presidente fue algo tremendo”.
Retomando el origen etimológico de tremendo, es importante señalar que los temblores no siempre surgen ante una situación negativa o aterradora, sino que también pueden ser una respuesta a una emoción muy intensa. Por eso, es fácil imaginar que una jugada excepcional de un gran futbolista y la historia de una triste adolescencia inmersa en la pobreza causen temblores al interlocutor, aunque las razones sean diferentes en cada caso.
Hilando más fino, cuando decimos que algo da miedo también puede tratarse de una cosa que nos gusta mucho y que nos causa admiración: «Este cantante tiene una extensión vocal que da miedo», «El fotorrealismo que puede conseguir esta consola da miedo».
En el ámbito del periodismo rosa (también llamado periodismo del corazón y crónica rosa, es el que se enfoca en la vida de la farándula, o sea, de las personas famosas), la palabra tremendo suele usarse con el objetivo de exagerar la importancia de una noticia, y con frecuencia aparece en titulares que resultan más interesantes que el artículo en sí. Puede hablarse de «tremendo papelón», «tremendo insulto» o «tremenda humillación», por ejemplo, para atraer al lector con la promesa de deleitarlo con embarazosas anécdotas de las personas famosas que menos estima, ya sean artistas, empresarios, deportistas o políticos.
Cuando la noción se aplica a una persona, por lo general a un niño, alude a que es traviesa o poco apegada a las reglas: “Pedrito es tremendo, ya no sé qué hacer para lograr que se comporte bien”, “¿Esta noche volverás a salir? Eres tremendo, no descansas nunca”, “Cuando era chico era tremendo, pero con los años me volví más obediente”.
Este término también es el nombre artístico de un rapero español llamado Enrique López Guerrero, originario de Tarrasa, barcelona. Su interés por esta música, que para muchos alcanza su máximo potencial en inglés, ya que en ese idioma surgió y no se adapta correctamente a la dureza del castellano, comenzó en los años 90; entonces solía asistir a salas de concierto de este género, y pronto conoció a dj Griffi y Juan Solo, dos personas muy significativas en su carrera. En el año 2000 publicó su primer álbum, titulado Avoid, y no tardó mucho en conseguir buenas críticas y alcanzar fama a nivel nacional.
