El vocablo latino triturāre llegó a nuestra lengua como triturar. Este verbo refiere a desintegrar, disgregar o machacar algo, ya sea en sentido físico o simbólico. Por ejemplo: “Para realizar el budín, primero tendremos que triturar las galletas de chocolate”, “Después de triturar las aceitunas, debemos añadirles un poco de aceite”, “La oposición acusa al gobierno de triturar la Constitución Nacional”.
La trituración consiste en procesar un material. Por lo general implica una reducción del tamaño del elemento, machacando y moliendo sus partículas. Es posible triturar cartón o corcho para reutilizar el material, por citar una posibilidad.
El acto de triturar es muy frecuente en la gastronomía. Muchas recetas se elaboran triturando ingredientes, desde frutas hasta carne pasando por verduras y semillas. Para preparar una sopa de tomate, es necesario triturar el fruto. De igual modo, para elaborar ciertos postres, se debe triturar chocolate.
Así como un mismo tipo de cocción produce diferentes sabores y texturas según la forma en la que cortemos un alimento, esto también ocurre si lo trituramos. Por ejemplo, cortar una patata en rodajas bien finas no es lo mismo que en bastones o en «cubitos» (trozos que generalmente tienen cuatro caras, aunque no sean estrictamente cubos desde un punto de vista geométrico), ya que en los primeros dos casos es probable que el interior se cueza más y quede crocante, mientras que el último suele dar una consistencia más pastosa por dentro.
De igual manera, las almendras y las nueces son frutos secos que pueden disfrutarse en situaciones muy diferentes, tanto para acompañar postres como platos salados: los turrones típicos de las fiestas navideñas, por ejemplo, pueden incluirlas enteras o en trozos; una receta de pizza vegetariana, por otro lado, puede valerse de estos ingredientes para triturarlos y conseguir un perfecto complemento, combinándolos con bebida de soja o tofu.
Es posible triturar los alimentos con un electrodoméstico destinado a tal función o a mano, con ayuda de un cuchillo o de un mortero. El tiempo que demanda el procedimiento depende del ingrediente en cuestión.
Uno de los electrodomésticos más populares de las últimas décadas es la batidora de brazo, también conocida como batidora de mano o licuadora de mano. Su origen nos remonta al año 1950, en Suiza, cuando un inventor llamado Roger Perrinjaquet la patentó bajo el nombre de bamix, haciendo alusión a la frase «bate y mezcla» («bat et mixe«).
Sin embargo, la versión más exitosa fue la llamada minipimer (nombre que responde al acrónimo de la empresa «Pequeñas Industrias Mecánico Eléctricas Reunidas»), que fue lanzada al mercado en el año 1959; así se la conoce en muchos países de habla hispana, aunque no muchos saben que no se trata de un nombre en idioma extranjero. Un tiempo más tarde, la empresa creadora de este particular electrodoméstico capaz de batir, licuar y triturar, entre otras tareas, fue adquirida por Braun GmbH.
El detalle que vuelve tan atractiva a la minipimer es su flexibilidad, ya que no depende de una serie de accesorios en particular para su funcionamiento; si bien suele incluir un vaso y una base con cuchillas para potenciar su utilidad, es posible usarla en cualquier recipiente y tampoco requiere un mantenimiento muy estricto, más allá de un enjuague luego de cada uso.
En un sentido simbólico, triturar se asocia a atacar las declaraciones o las ideas de otra persona con la intención de imponer los argumentos propios: “El diputado logró triturar las acusaciones al mostrar decenas de documentos”, “¿Por qué te empeñas en triturar todos mis proyectos?”.
En el deporte, triturar también puede vincularse a proporcionar una derrota de gran magnitud: “El conjunto local volvió a triturar a su rival: esta vez se impuso por 156 a 70”, “No hace falta triturar al adversario, me conformo con ganar”.
