Una tuerca es un elemento que dispone de un agujero con rosca. Esta característica permite que un tornillo se acople a su estructura, enroscándose. Por ejemplo: “La mesa se está moviendo mucho: voy a tener que ajustar las tuercas”, “Estoy tratando de armar el escritorio que compramos pero no encuentro las tuercas”, “Creo que a esta máquina le falta alguna tuerca”.
La finalidad de una tuerca es favorecer la unión entre distintos objetos. Cuando una tuerca y un tornillo se acoplan, se logra la fijación de los mismos. Para que esto sea posible las tuercas están normalizadas de acuerdo a un sistema general, de manera que los tornillos encajen sin problemas en el orificio de una tuerca compatible.
Muchas veces la tuerca y el tornillo interactúan además con una arandela. Esta pieza, similar a la tuerca pero de un grosor ínfimo y sin rosca, otorga mayor solidez a la unión, minimizando los desplazamientos.
En cualquier tuerca se pueden reconocer varias características fundamentales. Una de ellas es el tipo de rosca, que define qué tornillo se puede usar con la pieza. El diámetro y el grosor también son importantes. Las tuercas, por otra parte, pueden tener cuatro o seis caras de acuerdo al diseño.
En algunos países sudamericanos, por otra parte, se califica como tuerca al individuo que es fanático del automovilismo. Aquel que es tuerca, por lo tanto, suele asistir a las carreras, tener predilección por una escudería, etc.: “Mi hijo es tuerca como yo: siempre vamos juntos al autódromo”, “No soy tuerca, aunque suelo ver por televisión las carreras más importantes”, “Los tuercas expresaron su preocupación por la salud del piloto”.
Por otro lado, de modo similar a las frases que incluyen el término tornillo para hacer alusión a la falta de cordura de alguien («le falta un tornillo», por ejemplo), es posible usar la palabra tuerca con el mismo sentido: decir que una persona «tiene una tuerca floja», entre otras expresiones, es lo mismo que insinuar que dudamos de sus facultades mentales. Esto también puede aplicarse a un proyecto, para señalar que todavía es necesario trabajar en los detalles antes de considerarlo sólido.
Existe otra expresión, «apretar las tuercas» a una persona, que suele usarse como sinónimo de presionar a alguien para que actúe de una forma determinada o que haga una cosa que no desea genuinamente o no sabe cómo hacer, especialmente si el modo de persuadirlo es rígido y severo. «Si queremos que Jorge mejore su rendimiento vamos a tener que apretarle las tuercas», «Le voy a apretar las tuercas y ya verás cómo cambia de parecer».
La llave de tuercas es una herramienta usada muy a menudo en tareas de fabricación y ensamblaje, tanto en el ámbito comercial como en el hogar. En pocas palabras, su función principal es ajustar y aflojar tuercas, y eso se puede apreciar al observar su punta, ahuecada con la forma exacta de la tuerca para la cual ha sido diseñada.
Su utilización es bastante sencilla: se desliza la punta de la llave de manera que la tuerca ingrese en ella y entonces se realiza un giro en el sentido correspondiente a la tarea deseada, ajustar o aflojar. La llave de tuercas se fabrica a base de dos materiales diferentes: el mango puede ser de plástico templado o de goma, siempre buscando la mayor resistencia posible; el resto del cuerpo y la punta son siempre de acero.
Si bien las más comunes son herramientas de mano, también existen llaves de tuercas que requieren el uso de un taladro, ya que actúan como brocas. Estos modelos permiten un trabajo más eficiente y preciso, además de disminuir la fatiga del usuario.
