Se denomina verso al conjunto de palabras que se hallan sujetas a una determina medida y que conservan una cadencia. Los versos constituyen la primera unidad ordenada de los poemas. Regular, por su parte, es aquello que se ajusta a las reglas o que resulta medido.
Los versos regulares exhiben idéntica cantidad de sílabas en cada verso, respetando la rima. Esto quiere decir que, si analizamos la estrofa de un poema que tiene cuatro versos, y los cuatro versos están formados por doce sílabas, se trata de versos regulares.
Por ejemplo:
No le temo a la soledad
A mí me gusta la soledad
Espero vivir en soledad
Sí, eso lo quiero de verdad
Como se puede advertir en este ejemplo, la estrofa está compuesta por cuatro versos («No le temo a la soledad / A mí me gusta la soledad / Espero vivir en soledad / Sí, eso lo quiero de verdad»). Cada uno de los versos, por otra parte, está formado por nueve sílabas. De este modo, podemos afirmar que la estrofa en cuestión se compone de versos regulares.
Es importante establecer y tener claro que los versos regulares lo son si cumplen las características que hemos expuesto, independientemente de que pertenezcan a lo que se conoce como arte mayor o arte menor.
Otro ejemplo que podemos utilizar para poder entender lo que es el verso regular es el siguiente. Pertenece a la obra titulada «Miré los muros de la patria mía», que es un soneto del gran escritor del Siglo de Oro Español Francisco de Quevedo. En concreto, se trata del primer cuarteto del mismo y nos permite darnos cuenta de que todos los versos que lo forman son endecasílabos y cuentan, además, con rima asonante:
«Miré los muros de la Patria mía,
si un tiempo fuertes, ya desmoronados,
de la carrera de la edad cansados,
por quien caduca ya su valentía».
No obstante, ejemplos de grandes autores hay muchos para poder comprender el tipo de versificación que nos ocupa. Así, también podemos encontrarla en el poema de San Juan de la Cruz que lleva por título «Noche oscura».
Distinto es el caso de los versos irregulares, que presentan un número diferente de sílabas. La estrofa «Siento que soy un ave / Rápida, libre / Capaz de alcanzar el cielo / Con aquel que me ame» presenta versos con distintos números de sílabas: son, por lo tanto, versos irregulares.
Este tipo de versificación, como hemos mencionado, es absolutamente libre tanto en cuanto al número de sílabas métricas como a la clase de rima. Además del ya expuesto, podemos utilizar como ejemplo parte del poema titulado «Vino, primero, pura» que pertenece al escritor onubense y Premio Nobel de Literatura (1956) Juan Ramón Jiménez:
«Y se quitó la túnica,
y apareció desnuda toda…
¡Oh, pasión de mi vida, poesía
desnuda, mía para siempre».
Los versos regulares, en definitiva, permiten el desarrollo de la denominada versificación regular, que está compuesta por unidad rítmicas iguales.
