El vocablo latino nihil puede traducirse como “nada”. El verbo aniquilar encuentra en dicho término su raíz etimológica: se trata de la acción que consiste en reducir algo a la nada.
Aniquilar, por lo tanto, se asocia a demoler, romper, arrasar, devastar o destruir. Por ejemplo: “Si gano las elecciones y me convierto en presidente, me comprometo a aniquilar el narcotráfico”, “Los médicos intentarán aniquilar las células cancerosas con un novedoso tratamiento”, “Los músicos y los productores se reunieron para desarrollar un plan que les permita aniquilar la piratería que tiene lugar a través de Internet”.
De acuerdo al contexto, la idea de aniquilar puede emplearse con referencia a hacer desaparecer. Puede decirse, en este marco, que el régimen nazi pretendió aniquilar a la colectividad judía y a otros grupos del territorio alemán a través de una masacre sistemática.
Un ataque en el marco de una guerra puede buscar aniquilar al enemigo. Más allá del eventual respeto por las leyes, normas o incluso por los principios éticos, la finalidad de una ofensiva militar suele perseguir la derrota del oponente, ya sea provocando su destrucción o su rendición.
Como puede apreciarse en los ejemplos expuestos hasta el momento, el concepto puede tener connotaciones muy diferentes, tanto positivas como negativas. Mientras que aniquilar la piratería es un objetivo constructivo, matar a todos los individuos de una determinada religión o raza no puede ser aceptado bajo ningún punto de vista.
A pesar de la versatilidad de este término, que le permite hacer referencia a casi cualquier procedimiento que tenga como finalidad hacer desaparecer una cosa, a alguien o acabar con una determinada situación, no se suele usar en el habla cotidiana, sino que se reserva para el lenguaje escrito.
Retomando el caso de la piratería, uno de los mayores problemas de la industria del entretenimiento, en una conversación informal es común decir «terminar con la piratería», en lugar de «aniquilar». Por otro lado, este verbo sí puede aparecer en el habla cotidiana si hace referencia a una masacre tal como la que tuvo lugar durante el auge del nazismo, quizás para dar al discurso un tono más serio y respetuoso, y para hacer énfasis en el sufrimiento de las millones de víctimas y sus familiares.
La aniquilación, por otra parte, puede asociarse a un deterioro avanzado: “El gobierno va a aniquilar el aparato productivo de la nación si insiste con este tipo de políticas”, “El aumento de impuestos logró aniquilar mis finanzas”.
Esta acepción suele usarse en contextos tales como la política y la economía, ya que hace referencia a una serie de consecuencias negativas de ciertas medidas de gobierno, o bien de cualquier organismo con el suficiente poder como para influir en grandes grupos de personas y afectar su bienestar.
La noción de aniquilar también aparece en la física. Cuando una partícula material se encuentra con su correspondiente antipartícula, la masa perteneciente a ambas se convierte en otras partículas o en energía. Al proceso se lo conoce como aniquilar y al encuentro, como aniquilación partícula-antipartícula.
Para que tenga lugar la aniquilación partícula-antipartícula, es necesario que ambas se crucen en un estado cuántico adecuado. En el ámbito de la mecánica cuántica, se entiende por estado cuántico de entidades u objetos materiales al conjunto de formas o situaciones que puedan distinguirse físicamente a través de la medición de sus propiedades (lo que se denomina estado físico) que evidencian en un momento dado.
El tipo de aniquilación partícula-antipartícula más común es la conversión completa en energía de la masa de un positrón y un electrón. Como el proceso de la aniquilación de pares surge de la interacción electromagnética, la emisión de energía siempre se da como rayos gamma.
