El vocablo latino applicāre llegó a nuestra lengua como aplicar. Este verbo (aplicar) tiene varias acepciones reconocidas por la Real Academia Española (RAE) en su diccionario.
La primera de ellas hace referencia a ubicar algo sobre un elemento o haciendo que quede en contacto con él. Al proceso y resultado de este tipo de acción se lo conoce como aplicación.
Al aplicar una pintura sobre un material, se cubre su superficie.
TemasAplicar un revestimiento
Tomemos el caso de los revestimientos. Las pinturas, los barnices y otros productos similares se pueden aplicar sobre un material hasta cubrirlo, dotándolo de una capa superficial que le confiere ciertas características y propiedades.
Al aplicar pintura sobre una pared, por ejemplo, se modifica el color de la misma. A una pared de cemento que presenta una tonalidad grisácea se le puede aplicar una capa de pintura azul: así, la pared en cuestión se vuelve azulada.
A un mueble de madera de pino, en tanto, se le puede aplicar un barniz para protegerlo. Este revestimiento contribuye a que la humedad no afecte su estructura y a mantener alejados a los insectos.
¿En qué consiste, en estos casos, la labor de aplicar? Básicamente en esparcir la pintura o el barniz sobre la superficie. Para esto se utiliza un pincel.
La aplicación de una vacuna
Puede afirmarse que las vacunas se aplican: se dan o se colocan. Por lo general, para aplicar una vacuna, es necesario inyectar el preparado en el organismo.
Lo habitual es que, para aplicar una vacuna, se inyecte un preparado con antígenos.
Una vacuna es un preparado que contiene un antígeno: una sustancia que, cuando se introduce en el cuerpo, provoca una reacción de defensa. Habitualmente el antígeno propicia la generación de anticuerpos.
Al aplicar una vacuna, lo que se hace es introducir en el organismo el preparado con los antígenos. A dicho proceso se lo conoce como inocular. La mayoría de las vacunas se aplican apelando a una jeringa, que se inyecta en un brazo o en un muslo para la introducción de la sustancia en cuestión.
Aplicar como la puesta en práctica de una medida o un saber
Otro uso de la noción de aplicar alude a usar o aprovechar un conocimiento, un principio u otra cosa semejante con el objetivo de generar una cierta consecuencia. Cuando se aplica algo de este estilo, se pretende alcanzar un objetivo.
Supongamos que una persona debe reparar el motor de un automóvil. Para tener éxito en su tarea, necesitará aplicar sus conocimientos de mecánica. En caso de no contar con dicha formación, no estará en condiciones de realizar el arreglo.
Aplicar también puede vincularse a un criterio o a la validez de algo. Una tienda de ropa puede realizar una promoción que brinda un 25% de descuento sobre el total de la compra a quien gasta más de 5.000 pesos. Esto quiere decir que el beneficio se aplica a los compradores que desembolsen, al menos, esa suma de dinero en el local comercial.
La presentación de una solicitud
El verbo aplicar, por último, se usa en algunas regiones respecto a la presentación formal de un pedido o de una solicitud. Al aplicar a algo, se eleva una petición, esperando una respuesta del individuo o la entidad correspondiente.
Un profesional puede aplicar a un puesto laboral, por mencionar una posibilidad. En este caso, el sujeto completa un formulario con la intención de ser contratado por una cierta organización.
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