Armisticio es un término que proviene de un vocablo latino y que sirve para referirse a la suspensión de hostilidades que se pacta entre ejércitos en conflicto. El armisticio supone un alto el fuego, aunque no implica necesariamente la firma de un tratado de paz.
Los armisticios suelen acordarse para suspender las batallas durante un determinado periodo especial, como las ciudades griegas que no se atacaban durante los Juegos Olímpicos o los ejércitos cristianos que aceptaban una paz temporal en la época navideña.
En algunas ocasiones, la negociación de un armisticio puede fracasar sin que se detenga el conflicto armado. Esto quiere decir que, pese a la negociación entre los líderes o autoridades de los bandos en pugna, los ejércitos mantienen sus enfrentamientos ante la ausencia de un pacto.
Un armisticio implica una suspensión de hostilidades.
TemasArmisticios y tratados de paz
Muchas veces los armisticios se concretan, pero no así la firma de un tratado de paz. Ese es el caso de Corea del Sur y Corea del Norte, que establecieron un armisticio en 1953 pero nunca concretaron un acuerdo de paz.
En general puede afirmarse que el armisticio es el primer paso para un tratado de paz. Pese a que, concluido el periodo acordado de no agresión, existe la posibilidad de que vuelva a estallar el conflicto, lo más frecuente es que las autoridades políticas terminen firmando la paz.
El armisticio puede ser un primer paso hacia la paz.
La Tregua de Navidad
Durante la Primera Guerra Mundial tuvo lugar un armisticio que se conoce como Tregua de Navidad. Se trató de un alto el fuego entre los ejércitos de Alemania y Gran Bretaña durante los días de fiesta, en la navidad de 1914. Todo comenzó por iniciativa de las tropas alemanas: el 24 de diciembre comenzaron a decorar las trincheras y a cantar villancicos en su idioma. Al oírlos, los combatientes británicos se sumaron respondiendo con villancicos en inglés.
Tuvo lugar ese día un intercambio de cantos y saludos navideños entre los mismos que horas antes habían estado luchando y que al día siguiente continuarían haciéndolo. Esta tregua los incentivó a compartir con sus compañeros la paz propia de estos días y la celebración los llevó a intercambiar presentes con los soldados del bando opuesto. Además, aprovecharon la tregua para enterrar a los caídos y llorar las pérdidas; lo hicieron juntos y concluyeron leyendo un fragmento del Salmo 23 («El señor es mi pastor»).
Existen muchas cautivadoras historias que tuvieron lugar ese día. A lo largo de todo el territorio de batalla las balas cesaron y los soldados pudieron descansar. En la mayoría de los lugares este armisticio sólo duró una noche, pero en otros se extendió hasta el Año Nuevo. Pese a la oposición de los superiores, todo el ejército se mantuvo en paro celebrando como malamente pudieron esos días en los que el resto del mundo disfrutaba de la compañía de los suyos.
Este acontecimiento fue único y recibió una severa crítica por parte de los superiores del ejército. Al año siguiente durante estos días se ordenaron bombardeos con artillería para asegurarse de que los combatientes no reblandecieran en medio del combate. Otra medida tomada para evitar esta tregua pacífica fue rotar las tropas por sectores para evitar que se familiarizaran demasiado con el enemigo. Pese a todo, no pudieron evitar que tuvieran lugar algunos encuentros pacíficos entre soldados de ambos bandos. Es importante indicar que este tipo de treguas son sumamente comunes en las guerras y se conocen como armisticios informales.
La idea de armisticio en el lenguaje coloquial
Aunque el uso del término no es muy frecuente, en el lenguaje cotidiano puede hacerse referencia a un armisticio como el cese de agresiones en medio de una discusión o pelea.
“Vamos a acordar un armisticio para la cena y luego seguimos hablando para solucionar el tema, ¿estás de acuerdo?” es una expresión que muestra este uso de la noción.
