Ayuno, con origen en el vocablo latino ieiunium, es el acto y la consecuencia de ayunar. Este verbo (ayunar), por su parte, hace referencia a renunciar, ya sea parcial o totalmente, a ingerir bebidas y/o alimentos durante un determinado periodo de tiempo.
Los ayunos pueden llevarse a cabo por distintos motivos. En algunos casos, el ayuno es una indicación médica para la realización de un determinado análisis o estudio. Si una persona decide someterse a análisis de sangre y de orina para conocer diversos indicadores de su organismo que podrían relevar posibles enfermedades, tendrá que realizar un ayuno de doce horas aproximadamente. Los médicos sugieren este ayuno para evitar que los valores de los análisis queden distorsionados por las bebidas o los alimentos ingeridos.
También es posible que una persona decida realizar un ayuno a modo de protesta social o política. Un activista que está encarcelado puede hacer ayuno hasta que las autoridades lo liberen, ya que considera que su detención es injusta. Así el ayuno sirve para ejercer presión: si la persona no come ni bebe, su salud se deteriorará. Para el poder político, el fallecimiento de un detenido puede resultar un grave problema debido a que el Estado tiene la obligación de velar por su vida.
En el terreno de la religión, el ayuno es un sacrificio que asumen los fieles con un cierto fin. En la conmemoración llamada Yom Kipur, por ejemplo, los judíos realizan un ayuno que se inicia al atardecer y finaliza al anochecer de la jornada siguiente.
Los musulmanes, durante todos los días del ramadán (un mes de su calendario), ayunan desde el amanecer hasta el ocaso. Los ancianos y quienes padecen ciertas enfermedades están exceptuados de este ayuno.
Tampoco hay que olvidar que hay tendencias en materia de mente y cuerpo e incluso a nivel de nutricional que recomiendan el ayuno. En concreto, consideran que el mismo es útil no solo para que el cuerpo elimine toxinas sino también para que el organismo “se ponga al día” en su funcionamiento. Es decir, establecen que es una manera de lograr que el cuerpo en general se reequilibre.
Precisamente por ese motivo hay muchas celebrities que, de forma habitual o en momentos concretos de su vida, han reconocido que han practicado el ayuno. Este sería el caso, por ejemplo, del actor Sean Connery, de la cantante Beyoncé o del director de cine y actor Clint Eastwood.
No obstante esas dietas o tendencias también reconocen que no todo el mundo puede practicar el ayuno. En concreto, se determina que no está recomendado ni para quienes se encuentran enfermos ni tampoco para quienes sufren diabetes, para las mujeres que están esperando un bebé o quienes sufren de bulimia o anorexia.
De la misma manera, tampoco se recomienda a quienes sufren anemia, a las personas que están tomando medicación muy fuerte o quienes tienen patologías graves como un cáncer. Además, se establece que tendrán consultar con su médico si pueden realizar o no ayuno quienes tengan la tensión alta, las personas que sufran depresión, quienes padecen insuficiencia renal o quienes se encuentran por debajo de su peso saludable. Y es que corren peligro al acometer el ayuno.
