La ficología es la disciplina científica que se dedica a estudiar a las algas. También conocida como algología, se trata de una especialización que forma parte del campo de la botánica.
TemasDescripción general
Las algas son plantas talofitas (presentan un talo) que suelen vivir en el medio acuático. Puede tratarse de especies pluricelulares o unicelulares que por lo general tienen clorofila acompañada por pigmentos de diversos colores.
La ficología es el estudio de las algas.
Aunque la ficología se centra en el análisis de estos seres vivos, considerados como los fotosintetizadores más importantes de gran parte de los ecosistemas acuáticos, también puede investigar a las cianobacterias, que anteriormente eran denominadas algas verdeazuladas.
Los conocimientos que genera la ficología son significativos ya que, de una forma u otra, las algas están vinculadas al resto de los organismos que viven en el agua. Los expertos en ficología brindan información acerca de las características de estos seres y ayudan a protegerlos.
Cabe destacar que productos derivados de las algas se emplean en múltiples ámbitos: como fertilizantes en el terreno de la agricultura, a modo de colorante en la industria alimenticia, etc. Por eso la ficología, más allá de sus aportes a la botánica, también tiene relevancia en el plano económico.
Historia
Resulta imposible desvincular la historia de la ficología de la botánica, ya que desde un principio el estudio de diferentes clases de seres vivos ha coexistido en esta rama de la biología, incluyendo la micología, por ejemplo, que se enfoca en los hongos. De hecho, desde los comienzos de la botánica apareció el interés por las algas, y se apoyó en la taxonomía, la etnobotánica y otras subdisciplinas, para alcanzar una evolución que permitiera estudios químicos a nivel de la macromolécula.
Dioscórides y Teofrasto, entre otros científicos de la antigua Grecia, se encuentran entre los primeros en haber estudiado las características de estas «plantas marinas» (como ellos las llamaron) que al día de hoy conocemos como algas. A lo largo del 1500 y el 1600 se incluyeron en los inventarios de la botánica, y por lo general se clasificaban en el contexto de las criptógamas, todos aquellos vegetales que no poseen semillas (otros nombres por los que se conocen son acotiledóneas y esporafitas).
Gaspar Bauhin las llamó criptógamas en su trabajo titulado Prodromus theatri botanica. Linneo, por otra parte, al escribir Species Plantarum, obra publicada en el año 1753, las distinguió de las demás criptógamas por determinados rasgos que notó en ellas.
Ficología y salud
La ficología incluso contribuye al cuidado de la salud humana. Cuando proliferan ciertas microalgas en un cuerpo de agua, se produce el fenómeno llamado marea roja. Debido a que estos organismos generan toxinas que pueden producir el envenenamiento de mariscos y peces, la marea roja provoca daños a las personas que consumen estos animales. Las contribuciones de la ficología para comprender y minimizar la marea roja, por lo tanto, son valiosas.
Durante mucho tiempo, los botánicos no relacionaron las algas marinas con las de agua dulce.
Etimología
El término ficología es un neologismo que se forma con los componentes griegos phykos («planta marina, alga») y logos («tratado, palabra») y el sufijo -ía («cualidad»). De phykos también obtuvimos la raíz -ficea, que encontramos en palabras como rodofíceas, clorofíceas, heterocontofíceas, crisofíceas y cianofíceas, entre otras, que designan tipos de alga (en este caso, rojas, verdes, flageladas, doradas y verdeazules, respectivamente).
La primera vez que apareció en una obra escrita fue en 1847, de la mano del botánico William Henry Harvey en su obra Phycologia Britannica. En ella detalla las especies que se hallaban en las Islas Británicas. Harvey también se dedicó a la medicina desde el año 1844, aunque su interés principal siempre fueron las algas marinas. Recién a finales de la década de 1870 comenzó a usarse el término ficología para hablar de las algas de agua dulce.
