La etimología de oblación nos lleva al latín tardío oblatio, a su vez derivado de offerre (que puede traducirse como “ofrecer”). El concepto alude al sacrificio o la ofrenda que se hace a una divinidad.
TemasExpresión de veneración
Por lo general la oblación supone una expresión de la veneración, que de esta manera se manifiesta de forma exterior y por lo tanto puede percibirse mediante los sentidos. De todos modos, la noción también puede asociarse a cuestiones estrictamente espirituales.
La oblación puede ser un sacrificio, una ofrenda o bien un acto de veneración.
Las características de la oblación dependen de cada periodo histórico y de la cultura. En algunos casos consistían en sacrificios humanos: se le quitaba la vida a una persona para “entregársela” al dios.
Las oblaciones también podían ser sacrificios de animales, como aves, corderos, bueyes y otras especies. La lógica era la misma que con los humanos.
Oblaciones cristianas
En el cristianismo, las oblaciones actuales son simbólicas. Se entiende que Cristo se sacrificó a sí mismo cargando con los pecados de la humanidad; de hecho, la denominación de Cordero de Dios vincula el sacrificio de Jesús con la matanza de animales en honor a la divinidad. Los fieles, por su parte, deben brindar la oblación a través de su actitud benevolente y solidaria y de su conducta en línea con los preceptos de su religión.
Oblación a la curia
Se denomina oblación a la curia, por último, a una forma que el derecho romano contemplaba para que un padre legitimase a un hijo natural. El mecanismo permitía al padre ofrecer a su descendiente para ejercer un cargo curial, que demandaba una cierta cantidad de bienes a modo de respaldo de la labor.
Yajña
Este nombre pertenece a la religión india conocida como hinduismo, y hace referencia a un tipo de oblación que se lleva a cabo para complacer a las deidades benévolas denominadas devas o bien para conseguir diferentes metas. El ritual en el que se lleva a cabo el yajña se conoce con el nombre de kamia, y se trata de un sacrificio de fuego que suele hacerse en honor al dios Agni, precisamente el que representa este elemento, con la confianza de que todo lo que le entreguen los fieles será remitido a los devas.
Alrededor del 1500 a. C. tuvo lugar el período llamado védico, que se encuentra en la época previa al hinduismo. Por aquel entonces, se hablaba de yajña para hacer referencia a una expresión de devoción o adoración, dos términos que pueden usarse como sinónimos de «veneración», mencionado más arriba como una de las posibles acepciones de oblación. El nombre que en este período se daba a los sacrificios similares era joma. Fue recién a través de la literatura de los siglos siguientes que el término yajña adquirió el sentido de sacrificio u ofrenda a los dioses.
Para celebrar el yajña se preparan entre una y tres fogatas.
Con respecto a la etimología de este término, sabemos que se originó en el verbo iash del sánscrito y que en su significado incluye los siguientes conceptos: «caridad, unidad, culto a los dioses». Quien oficia esta oblación suele ser un sacerdote denominado adhuariu acompañado de otros, que pueden ser el udgatar o el jotar, quienes a su vez tiene diversos ayudantes que entonan cánticos o recitan oraciones para las deidades.
Normalmente, en el centro del área destinada al ritual se encienden entre una y tres fogatas, y es precisamente en ellas que se echan las ofrendas: leche, tortas de harina, granos, jugo del narcótico denominado soma, carne, etcétera. Por último, queda mencionar la duración de esta oblación. En este punto, el tipo de yajña resulta determinante: puede durar tan sólo unos minutos, o bien llegar a varios años, pasando por todas las unidades intermedias.
