Se conoce como amor a un sentimiento de gran intensidad que experimenta un ser humano. La noción suele aludir a la inclinación afectiva que un individuo siente hacia alguien que le proporciona felicidad y alegría.
Es habitual, por lo tanto, que se entienda el amor como algo que se dirige hacia otro. Un sujeto (una pareja, un familiar, un amigo) genera en la persona ese sentimiento que luego se transmite o se refleja mediante acciones, actitudes, palabras, etc.
Sin embargo, también existe lo que se conoce como amor propio. Así se denomina al afecto que se siente por uno mismo, vinculado a una valoración positiva de las cualidades y facultades que se tienen o se autoperciben.
Características del amor propio
El amor propio está asociado a la autoestima. Cuando alguien se siente a gusto como su forma de ser, su personalidad e incluso con su apariencia física, tiene una autoestima elevada y, por lo tanto, siente amor propio.
Por el contrario, si un individuo no se valora a sí mismo, carece de amor propio. Esta situación genera todo tipo de perjuicios y produce efectos en distintos ámbitos de la vida.
Los psicólogos destacan la importancia del equilibrio. Así como no tener amor propio es negativo, lo mismo puede decirse si la autoestima es demasiado alta. La clave es ajustarse a los preceptos morales y las capacidades reales de uno mismo, sin distorsiones ni exageraciones.
Potenciales problemas
Si bien medir o evaluar el amor propio es difícil, cuando se registra un problema de autoestima que resulta persistente o profundo es necesario acudir a un profesional de la psicología para recibir ayuda.
A grandes rasgos, puede decirse que un déficit en el amor propio provoca desde dificultades para asumir responsabilidades hasta inconvenientes para relacionarse con otras personas. La inseguridad, el temor y la angustia son emociones frecuentes en estos casos.
Por lo general, la terapia psicológica ayuda a detectar el origen de la falta de amor propio. También brinda las herramientas necesarias para mejorar la autoestima.
Cómo desarrollar el amor propio
Aunque un psicólogo es quien debe indicar cómo actuar ante un trastorno de la salud mental o emocional según cada paciente, hay ciertas pautas que pueden considerarse para mejorar el amor propio.
Identificar las verdaderas causas del malestar es un primer paso necesario. También es relevante descubrir la motivación de cada uno, pensar en los logros individuales que se consiguieron y estructurar los objetivos en metas de corto, mediano y largo plazo.
El concepto en el deporte
Muchas veces, la idea de amor propio aparece en el terreno del deporte. Se espera que un atleta, frente a una adversidad, evidencie su amor propio y siga compitiendo.
Supongamos que un equipo de fútbol está perdiendo 4 a 0. En el último minuto del partido, pese a que el resultado ya está definido, los jugadores continúan esforzándose y luchando, hasta que llegan a anotar un gol. Los periodistas, de este modo, destacan el amor propio de los futbolistas para no bajar los brazos pese a todo.
Tomemos ahora el caso de un tenista que sufre un fuerte dolor en un brazo. Aunque está en inferioridad de condiciones respecto a su rival, su amor propio lo lleva a mantenerse en el campo de juego.