Apremio es un término que tiene muchas acepciones, algunas de ellas vinculadas al sector legal y del derecho. A continuación pasaremos a explicar cada una de ellas, teniendo en cuenta lo expuesto en el diccionario de la RAE.
En primer lugar el concepto se refiere a la acción y efecto de apremiar; dicho verbo es sinónimo de apretar, oprimir u obligar a alguien teniendo sobre él algún tipo de autoridad. Puede servir para obligar a alguien a que se dé prisa con una cierta cosa.
Apremio en el derecho
En el ámbito del derecho, tiene varios usos, entre los que cabe destacar:
- Recargo de contribuciones o impuestos tras la demora en un pago. De acuerdo a lo que dicten ciertas leyes, la autoridad judicial puede dictaminar una multa ante un impago prolongado.
- Mandamiento de autoridad judicial para compeler un pago. La autoridad judicial tiene la capacidad de obligar a una persona a realizar el pago de una determinada cantidad o el cumplimiento de otro acto obligatorio a modo de apremio.
Es importante señalar que este procedimiento judicial se pone en marcha cuando, después del dictado de un acto administrativo que fija una obligación a alguien, este no cumple. Entonces, la autoridad, debe tomar medidas de apremio que consisten generalmente en la imposición de una multa o el embargo del patrimonio del acusado.
En el derecho romano, se conocía como apremio individual una modalidad de garantía personal que consistía en el sometimiento corporal del deudor hacia su acreedor. De este modo, cuando el deudor no cumplía con sus obligaciones, el acreedor podía obligarlo a trabajar para él hasta saldar la deuda, lo que suponía una modalidad de esclavitud ya que las reglas y condiciones de trabajo eran pautadas por el acreedor y el deudor no podía negarse a cumplir religiosamente con él.
Una figura jurídica
En algunos países, como Argentina, existe una figura jurídica conocida bajo el nombre de apremios ilegales. Se encuentra vinculada a los delitos cometidos por funcionarios públicos que atentan contra la libertad individual de algún ciudadano. Si un funcionario abusa de su autoridad, incumpliendo las formalidades que dictan las leyes e impone torturas o tormentos a un ciudadano con el fin de obtener cualquier beneficio, incurre en el delito de apremios ilegales.
Esta clase de faltas han aparecido reiteradamente a lo largo de la historia. Siendo un ejemplo reciente, los múltiples juicios efectuados contra miembros de las fuerzas armadas, acusados por el secuestro y desaparición de personas durante las sucesivas dictaduras militares que tuvieron lugar en territorio argentino. Muchos de estos juicios concluyeron con la condena de los acusados, y otros con el indulto por no poder probar de forma fehaciente los hechos que se les imputaban.
Cabe mencionar que esta acusación suele ser una de las más frecuentes en los juicios contra directivos y miembros de las diferentes fuerzas de seguridad de los países, sin embargo en otros territorios recibe otros nombres. Y que en muchos países, dado el gran afín que existe entre los líderes de los gobiernos y las fuerzas armadas nacionales, hay un encubrimiento constante de estos delitos, lo que pone más difícil para los ciudadanos la recolección de pruebas contundentes, dado que las mismas son sistemáticamente borradas o anuladas.
El delito de apremios ilegales es uno de los más graves porque pone en evidencia las fallas de los líderes, y puede llevar a un debilitamiento del poder o el sistema democrático que lo soporta; por esta razón, bajo el argumento de velar por la democracia, se dejan pasar crímenes y actos delictivos de considerable gravedad. Sumado a esto, en muchos lugares el sistema judicial también defiende sus propios intereses, que generalmente se encuentra ligados a los de los propios políticos.