El concepto de autorespeto no forma parte del diccionario de la Real Academia Española (RAE) y la forma correcta de escribirla para pronunciar «respeto» correctamente incluye la doble R. Sin embargo, la mayoría de los artículos de Internet la exhiben con una sola.
Auto- es un prefijo que significa “por sí mismo” o “de sí mismo”. Puede unirse a verbos o a sustantivos. El respeto, en tanto, se asocia a la consideración, la delicadeza, la obediencia o la veneración.
La idea de autorespeto, pues, está vinculada al respeto por uno mismo. Así como respetar al prójimo implica cuestiones como no atacar sus ideas o no provocarle daño, el autorespeto supone aplicar esos mismos preceptos de manera interna para no lastimarse ni perjudicarse.
El autorespeto se basa en la defensa y la promoción de la independencia y la autonomía. Cada individuo debe respetarse a sí mismo y ser fiel a sus pensamientos y sus sentimientos para alcanzar la plenitud: cuando alguien trata de conformar a los demás o solo acata órdenes, no logra ser feliz.
Es importante mencionar que el autorespeto se relaciona con la autoestima, aunque ambas nociones aluden a cosas diferentes. La autoestima es el resultado de una evaluación de las acciones propias y de los logros obtenidos. Por lo tanto, es consecuencia de un juicio de valor. El autorespeto, en cambio, supone una aceptación sin valoración.
Puede afirmarse que el autorespeto es la aprobación o la tolerancia de uno mismo, independientemente de las equivocaciones y las limitaciones. No depende del éxito ni de los fracasos, a diferencia de lo que suele ocurrir con la autoestima.
De todo lo dicho podemos entender que el autorespeto supone anteponer nuestras propias necesidades a las de los demás. Esto no significa dejar de amar a nuestros amigos y familiares, ni tampoco amarlos menos de lo que se merecen; por el contrario, debemos partir de una estructura sólida y firme para ofrecerles todo lo que necesitan, todo lo que deseamos darles.
Recién una vez que alcanzamos una estabilidad en lo que al respeto por nuestras propias necesidades se refiere podemos salir al mundo exterior a entablar nuevas relaciones. De lo contrario, permitimos que sus libertades ahoguen las nuestras. Las personas que tienen una gran dificultad para decir que no cuando alguien les pide un favor exhiben una falta de autorespeto. Del mismo modo que priorizar nuestras necesidades no significa querer menos a un amigo, saber establecer límites y exigir que respeten nuestro tiempo no significa ser descortés ni desconsiderado.
Si bien estas dos situaciones son claros ejemplos de autorespeto, al menos se puede rescatar de ellas un aspecto positivo: el deseo de ser buenas personas. Sin embargo, existe una zona mucho más oscura, tanto para quien no se respeta como para quienes la rodean, que comienza cuando los valores y los principios se corrompen. A simple vista puede parecer que los perjudicados son los que reciben las acciones de la persona que se ha vuelto inmoral, pero la primera víctima es ella ya que deja de respetarse y por lo tanto queda completamente desprotegida.
Más arriba se mencionan ciertas diferencias claves entre la autoestima y el autorrespeto. Aunque se trate de conceptos distintos, cabe señalar que muchas veces cuesta determinar cuál de estos problemas se encuentra actuando con más fuerza sobre el individuo, ya que son complementarios. Por ejemplo, la baja autoestima nos lleva a valorarnos muy poco, a darnos menos importancia que a los demás; esto también es faltarnos al respeto, o bien puede conducirnos a ello.
Por lo general, las personas con una baja autoestima también carecen de seguridad en ellas mismas, y esto puede llevarlas a descuidar su autorespeto a la hora de tomar una decisión importante.