Lo primero que vamos a hacer para que puedas conocer el significado del término competitividad es descubrir su origen etimológico. En este caso podemos exponer que se trata de una palabra que deriva del latín pues es fruto de la suma de varios componentes de dicha lengua:
-El prefijo “com-”, que significa “junto”.
-El verbo “petere”, que es sinónimo de “atacar”.
-El sufijo “-dad”, que se usa para indicar cualidad.
Partiendo de todo lo expuesto, podemos indicar que competitividad significa “cualidad relativa a luchar para alcanzar un objetivo”.
Se denomina competitividad a la facultad de competir: disputarse el dominio de algo, rivalizar para quedarse con aquello que otro u otros también pretenden conseguir. La idea de competitividad alude a contar con la capacidad necesaria para enfrentar a los competidores.
El concepto se emplea con frecuencia en el ámbito económico y comercial. Las empresas o los países competitivos son aquellos que, gracias a su gestión de los recursos, pueden obtener ventajas frente al resto y así ganar cuota de mercado.
Muchos factores inciden en la competitividad de una compañía. Entre los más importantes aparecen el nivel de los salarios y de los precios de los insumos y la relación que se establece entre la calidad y el costo del producto.
De acuerdo a la teoría, una empresa que paga salarios acordes a sus ingresos, accede a insumos a precios convenientes y ofrece un producto de buena calidad teniendo en cuenta su costo, tendrá competitividad. En cambio, aquella que paga salarios elevados, compra insumos caros y comercializa productos con una mala relación calidad-costo no resulta competitiva.
Estas ideas suelen trasladarse a los países. Sin embargo, de acuerdo a cómo se administren estas variables pueden provocarse graves problemas sociales. Supongamos que un gobierno, para que su nación tenga mayor competitividad, impulsa una reducción de los salarios. Dicha decisión puede generar que muchos trabajadores no logren contar con los ingresos necesarios para satisfacer sus necesidades. El aumento de la competitividad, por lo tanto, supone un empeoramiento de la calidad de vida.
Dentro del ámbito del trabajo es muy habitual que exista competitividad entre los distintos trabajadores en pro de poder ser reconocidos e incluso de conseguir un ascenso. No obstante, es especialmente importante que quienes están al frente de las empresas no duden en fomentar una competitividad que sea sana y no contraproducente. Eso es algo que podrán hacer mediante medidas tales como estas:
-El líder o responsable debe apostar por reconocer y ensalzar a cada uno de los empleados en aquellos aspectos que haya conseguido destacar.
-Es importante que quede claro que hay unos límites para la competitividad. Es decir, que no todo vale para alcanzar unas metas.
-No menos relevante es que se debe fomentar también la competitividad colaborativa. Esto lo que significa es que se debe concienciar a los empleados de cada uno cuenta con algo positivo que al unirse con las cualidades de los demás pueden hacer un proyecto sólido y grande. Se trata de fomentar la sensación de equipo.
En el terreno del deporte, la competitividad se asocia a las posibilidades de un equipo o de un atleta de derrotar a cualquier rival. Por ejemplo: “Con el retiro de nuestro capitán, hemos perdido competitividad”, “Nuestro seleccionado volvió a mostrar su competitividad al finalizar la gira con seis partidos ganados y solo dos perdidos”.