En el latín es donde encontramos el origen etimológico de la palabra diligencia. En concreto, es fruto del resultado de los siguientes elementos de dicha lengua:
• El prefijo «di-«, que viene a indicar separación.
• El verbo «legere», que puede traducirse como «separar o escoger».
• El sufijo «-nt-«, que se usa para indicar «agente».
• El sufijo «-ia», que viene a emplearse para dejar patente una «cualidad».
Qué es una diligencia
Diligencia es un término con diversos usos. Pude tratarse de un carruaje o coche grande que es arrastrado por caballos y que permite el traslado de las personas. Por ejemplo: «Anoche vi una película del Lejano Oeste donde los indios atacaban una diligencia», «Mi sueño es realizar un viaje en diligencia», «La diligencia se detuvo y Billy the Kid no tardó en aparecer para desvalijar a sus ocupantes».
La diligencia, por lo tanto, era un medio de transporte habitual en la antigüedad. Lo habitual era que completaran un servicio regular, con itinerario fijo, uniendo dos poblaciones alejadas entre sí.
Por lo general, la diligencia se dividía en tres departamentos. La parte anterior del carruaje, conocida como berlina, contaba con tres plazas, puertas laterales y ventanillas de cristales al frente. En el centro del carruaje, el interior disponía de dos asientos transversales y puertas laterales. La parte posterior, denominada rotonda, presentaba dos asientos laterales y una puerta trasera central.
Una película de John Ford
Una de las películas más importantes de la historia del cine lleva por título «La diligencia». Es un western del año 1939, dirigido por John Ford y protagonizado por John Wayne. Fue galardonada con dos premios Oscar (mejor música y mejor actor de reparto para Thomas Mitchell) y en ella se cuenta las aventuras a las que tienen que hacer frente los viajeros de una diligencia que va de Dallas a Nuevo México.
Se trata de personajes muy diferentes entre sí que deberán estrechar lazos para poder salir ilesos de los problemas que irán apareciendo a lo largo del camino. Entre ellos se encuentran una prostituta, un médico con problemas de alcoholismo, un banquero, un ex soldado o una mujer embarazada.
La diligencia como solicitud, trámite o cuidado
Otro uso de la noción de diligencia, en cambio, está asociado a un trámite administrativo, una solicitud, un negocio o una dependencia. La diligencia, en este sentido, puede asociarse a una labor: «Natalia, ¿puedes venir a mi oficina? Tengo que solicitarte una diligencia», «Completo la diligencia que me pidió el doctor y después regresó a casa», «La diligencia me llevó tres horas, pero ya he terminado».
Con esta acepción, el término que nos ocupa es muy usado dentro del ámbito judicial y del derecho. En este caso, se emplea para referirse a la actuación que en cualquier procedimiento civil o criminal lleva a cabo el funcionario que tiene el cargo de secretario judicial. Asimismo también existe la figura del notario de diligencias, que es aquel que acomete tareas en materia de decretos judiciales o ejecución de autos, por ejemplo.
Diligencia también es el cuidado en la ejecución de algo, la prontitud o la prisa: «Te agradezco por tu diligencia para solucionar el asunto», «La tarea no hubiese salido bien sin tu diligencia».