En el latín es donde se encuentra el origen etimológico del término excursión que ahora nos ocupa. Es más, podemos determinar que procede del vocablo excursio, que puede traducirse como “viaje corto” y que está conformado por varias partes claramente identificables: el prefijo ex, que es sinónimo de “hacia fuera”; el verbo currere, que equivale a “correr”; y el sufijo –sión, que significa “acción”.
Una excursión es una visita que se realiza a un lugar (una ciudad, un espacio natural, un museo, etc.) con motivos recreativos, de estudio o de otro tipo. Excursión, que procede del latín excursĭo, puede utilizarse como sinónimo de paseo, travesía o recorrido.
Por ejemplo: “Mi hijo visitó el museo de ciencias con una excursión de la escuela”, “En este momento estamos en la ciudad, pero a la tarde vamos a realizar una excursión a la montaña”, “Es una excursión costosa, pero vale la pena ya que permite descubrir paisajes bellísimos”.
La excursión como paseo turístico
El concepto tiene dos grandes utilizaciones: por un lado se utiliza para nombrar a los paseos turísticos, mientras que, por otra parte, las excursiones también pueden formar parte de las actividades pedagógicas de las escuelas.
En el primer caso, se conoce como excursión a las salidas que se realizan desde el lugar donde un turista está alojado. Si una persona está pernoctando en un hotel del centro de la ciudad de Buenos Aires, los paseos que realice a otras zonas (como Chascomús o Escobar, por citar dos localidades cercanas) serán excursiones.
Una actividad pedagógica
Las excursiones escolares, en cambio, son procedimientos educativos que contribuyen al desarrollo de los niños fuera del ámbito del colegio. Los alumnos realizan paseos o viajes junto a los maestros para aprender sobre distintas cuestiones en contacto directo con el objeto de estudio.
Por regla general, este tipo de viajes escolares tienen como claro objetivo que los alumnos puedan conocer in situ monumentos y espacios que se encuentran estudiando precisamente en ese momento en las aulas. De esta manera, se refuerza el tema y se consigue mejorar sus conocimientos al respecto.
En el caso de España, las excursiones de esta modalidad suelen estar encaminadas a conocer centros culturales como el Museo del Prado de Madrid o monumentos de la talla de la Mezquita de Córdoba, la Alhambra de Granada o el Parque Güell de Barcelona.
Precauciones en las excursiones
Es importante tener en cuenta que el maestro debe estar preparado para dirigir una excursión, ya que tendrá bajo su responsabilidad y cuidado a muchos niños. Lo habitual es que sea acompañado por una o más personas que le ayuden en las tareas de control y supervisión.
A todo ello habría que añadir el hecho de que para que los alumnos participen en la excursión es indispensable que cuenten con una autorización firmada de uno de sus padres. Asimismo tampoco hay que pasar por alto que es recomendable, y así lo hacen muchos docentes, que una vez llevada a cabo la excursión y ya nuevamente en el aula se realice un repaso por todo lo que se pudo ver en ella.
De esta manera, se conseguirá que los alumnos demuestren el interés que pusieron e incluso los conocimientos que han conseguido adquirir.