Antes de entrar de lleno en la definición del término eximio, vamos a proceder a descubrir su origen etimológico. En este caso, podemos establecer que deriva del latín, concretamente de «eximius», que es fruto de la suma de dos componentes: el verbo «eximere», que puede traducirse como «librar de algo», y el sufijo «-ius».
Se califica como eximio a alguien o algo que se destaca por su excelencia o exquisitez. Por ejemplo: «El eximio violinista se presentará mañana en el Teatro Colón en una función con entrada libre y gratuita», «El futbolista portugués jugó un partido eximio y clasificó a su equipo a los cuartos de final del torneo», «La directora se pondrá al frente de un elenco eximio para el desarrollo de una nueva adaptación del clásico de William Shakespeare».
Aquel o aquello con características sobresalientes puede definirse como eximio. Este adjetivo permite aludir a lo eminente, elevado o perfecto, que resulta muy superior al resto de los elementos de su clase.
De la misma manera, no podemos pasar por alto la existencia de una serie de sinónimos de eximio como son sobresaliente, ilustre, excelso, excelente, superior, renombrado, célebre, prestigioso o relevante, por ejemplo. Por el contrario, entre sus antónimos nos topamos con palabras tales como vulgar, sencillo, ordinario, burdo o vulgar.
Un «pianista eximio», por citar un caso, es un músico que consigue brillar gracias a su talento. Los expertos admiran la aptitud de esta persona para tocar el piano y por eso resaltan su figura.
Un crítico de cine, por otra parte, puede referirse a la actuación de una estrella de Hollywood en una película como un «trabajo eximio». El especialista se muestra conmovido por la labor y asegura que todos los espectadores se emocionarán al ver al actor en este papel.
En el ámbito de la literatura se usa en muchas ocasiones el término que nos ocupa para poder destacar la labor de un escritor y su calidad. Así, por ejemplo, se sabe que el autor español Ramón María del Valle-Inclán, conocido por obras como «Luces de bohemia» (1920) o «Tirano Banderas. Novela de tierra caliente» (1926), fue definido como eximio por Primo de Rivera. En concreto, las palabras que usó para calificarle fueron: «eximio escritor y extravagante ciudadano».
Asimismo, no podemos pasar por alto la existencia de distintos libros que llevan en su título el término que ahora estamos abordando. Este sería el caso, por ejemplo, de «La gnoseología del Doctor Eximio y la acusación nominalista», que está escrito por José María Alejandro y que fue publicado en Comillas en el año 1948.
Cabe destacar que eximió, con acento en la O, es una conjugación del verbo eximir: liberar de una carga o de una obligación: «El gobierno provincial eximió del pago del impuesto inmobiliario a miles de contribuyentes que fueron damnificados por el terremoto», «El director de la escuela eximió al alumno de asistir a clases mientras avanza la investigación sobre lo sucedido», «El tribunal eximió a la empresa de devolver el monto de los productos fallados».