La palabra flecha proviene del francés flèche y permite nombrar a un proyectil que se dispara con un arco. Se trata de un arma arrojadiza con una punta afilada y plumas en el extremo opuesto para que pueda mantener la dirección después de ser disparada.
El uso de la flecha se remonta varios miles de años atrás. Se han encontrado restos de flechas del Paleolítico Superior (entre 33.000 a.C. y 9.000 a.C.). Los egipcios, por ejemplo, utilizaban flechas con puntas de madera para cazar.
El arco utilizado para disparar las fechas, por otra parte, suele estar constituido por una única pieza de madera tensada con una cuerda de fibras vegetales, animales o sintéticas. El tamaño del arco depende de la estatura del tirador.
Entre los personajes que más afamados han sido por el magistral uso que hacían del arco y las flechas se encuentra, por ejemplo, Guillermo Tell. Este no se ha podido demostrar que realmente fuera una persona real pero sí existe una leyenda y multitud de historias sobre él gracias a diversos relatos que lo toman como protagonista y que están datados en los siglos XV y XVI.
Dentro del proceso de la Independencia suiza, en el siglo XIV, se incluye a Tell que se presenta como un ballestero muy conocido por la gran maestría que tenía en dicho arte. Tanto es así que la leyenda más afamada sobre el mismo cuenta que el gobernador de la ciudad en la que vivía, al no querer aquel hacer una reverencia ante él, lo detuvo junto a su hijo y le obligó a realizar una prueba para poder dejarlo ir.
En concreto, aquella prueba consistió en que Tell tenía que acertar con su flecha a una manzana colocada justo en la cabeza de su propio hijo. Si fallaba no sólo mataría a su vástago sino que además sería encarcelado, mientras que si conseguía acertar sería liberado. Y así ocurrió, acertó de pleno en la pieza de fruta.
Es importante tener en cuenta que el tiro con arco es una disciplina olímpica. Este deporte de precisión consiste en acertar a un blanco o diana que presenta anillos concéntricos con distintos puntajes. La flecha, por lo tanto, pasó de ser una herramienta de caza y un arma a un instrumento deportivo.
Además de todo lo expuesto no podemos pasar por alto el hecho de que coloquialmente hacemos mucho uso de la palabra flecha. En concreto, la utilizamos formando parte de la locución adverbial “como una flecha”, con la que lo que se expresa es que alguien o algo va muy rápido.
Por otra parte, una flecha es un símbolo que se utiliza para señalizar una trayectoria. Se trata de dibujos o carteles que representan a las flechas tradicionales y que indican una dirección. Las flechas son muy comunes en las señales de tránsito.
Una flecha que gira hacia la izquierda anticipa una curva hacia ese lado; por el contrario, una flecha girando hacia la derecha indica que la curva será hacia dicho costado. En estos casos, las flechas señalan una dirección específica.
