La ausencia de eficacia recibe el nombre de ineficacia. El concepto procede de inefficacia, un vocablo del latín tardío. Esta palabra latina podemos establecer que es el resultado de la suma de varios componentes léxicos, como son los siguientes:
-El prefijo “in-”, que significa “no” o “sin”.
-El prefijo “ex-”, que es equivalente a “hacia fuera”.
-El verbo “facere”, que puede traducirse como “hacer”.
-El sufijo “-ia”, que se usa para indicar “cualidad”.
La eficacia, por su parte, es la capacidad o facultad de conseguir el efecto que se busca. Esto quiere decir que la ineficacia supone la imposibilidad de obtener el resultado deseado o previsto.
Por ejemplo: “Este tipo de protesta ha evidenciado su ineficacia para propiciar cambios reales”, “La ineficacia del gobierno en su lucha contra la inseguridad es alarmante”, “Diversas pruebas demostraron la ineficacia de esta sustancia a la hora de detener la caída del cabello”.
Incapacidad, inutilidad, torpeza, ineptitud, incompetencia, nulidad o invalidez son algunas de las palabras que ejercen como sinónimo de ineficacia. Por el contrario, entre sus antónimos nos topamos con términos tales como utilidad, competencia, validez , eficacia o capacidad.
Tomemos el caso de un insecticida. Su fabricante realiza anuncios en TV donde afirma que el producto permite eliminar mosquitos de manera instantánea, con solo aplicar el aerosol sobre el insecto. Una persona que adquiere el insecticida comienza a esparcirlo sobre una pared cubierta de mosquitos, pero los animales no mueren y ni siquiera se alejan. Así comprueba la ineficacia del artículo.
La idea de ineficacia puede aparecer en el terreno del deporte. Un jugador de básquetbol (baloncesto) que, en un partido, lanza diez veces al aro y apenas encesta una vez, no está siendo eficaz. Realizó diez intentos y cumplió su objetivo en una ocasión: el porcentaje de acierto del 10% refleja su ineficacia.
Un equipo de fútbol, en tanto, padece su ineficacia si maneja el balón durante el 80% del juego y sus jugadores patean 14 veces al arco sin marcar goles. Si su rival patea una vez y anota, el conjunto que dominó la posesión y que más atacó, terminó perdiendo.
En el ámbito del Derecho, también se usa la palabra que ahora nos ocupa. En concreto, se habla de la ineficacia del acto jurídico que se produce cuando el mencionado acto jurídico no viene a generar sus efectos o cuando deja de hacerlo ya sea por una causa de tipo extrínseca o intrínseca.
En ese caso, debemos saber que existen varias clases de ineficacia del acto jurídico. Exactamente, entre las más significativas están la caducidad, el desahucio, la nulidad, la inexistencia jurídica, la suspensión, la resolución, la rescindibilidad, la revocabilidad, la inoponibilidad, la simulación…
Precisamente esa cuestión y otras similares que se abordan de forma profunda en obras tales como “Ineficacia de los actos jurídicos”, que fue publicada en el año 2018 y que está escrita por Ernesto Cediel Ángel, o “Ineficacia y rescisión del negocio jurídico. La ventaja injusta”, que está realizada por María Linacero de la Fuente.
