Lava es un concepto con origen remoto en la lengua latina que se utiliza para nombrar a la materia en fusión o derretida que expulsa un volcán durante su erupción. Cuando la lava se halla en el interior de la Tierra se conoce como magma, mientras que una vez expulsada y solidificada recibe el nombre de roca volcánica.
Puede decirse que la lava, por lo tanto, es un magma que asciende por la corteza terrestre y que alcanza la superficie. La presión atmosférica hace que la lava pierda los gases que contenía en el interior de la Tierra. Cuando empieza a recorrer la superficie terrestre en forma de arroyo, la lava tiene una temperatura que oscila entre los 700ºC y los 1.200ºC.
La viscosidad de la lava es muy alta aunque, a medida que recorre la superficie, este magma expulsado por el volcán pierde temperatura y comienza a solidificarse. Las rocas volcánicas o ígneas que se generan con esta solidificación suelen utilizarse en la construcción.
Expulsión de lava
Lo habitual es que la lava sea expulsada de un volcán con gran violencia y que recorra largas distancias como arroyo encendido hasta enfriarse y solidificarse. En apenas unos pocos volcanes de todo el mundo existen lagos de lava, que son formaciones permanentes de lava derretida que se hallan en un cráter o en una depresión.
Otros conceptos vinculados a las erupciones y a la actividad volcánica son la colada de lava (el manto de magma que emite un volcán durante la erupción) y los tubos de lava (túneles que se forman en el interior de una colada de lava).
Las erupciones volcánicas provocan una mezcla de sensaciones en muchos seres humanos, especialmente en aquellos que no deben vivirlas de cerca y ver cómo acaban con sus casas. En quienes solamente las han visto a través de documentales, pueden generar una extraña combinación de fascinación y terror; y no es para menos, ya que la lava parece haber salido de una historia de fantasía: es un elemento mágico, un mar de fuego.
Las erupciones más importantes de la historia
Novarupta
Tuvo lugar en Alaska en 1912 y el nombre del volcán puede traducirse como «nueva erupción». En los dos días que duró la erupción del Novarupta, el volumen de magma expulsado rondó los 13 kilómetros cúbicos. Todo concluyó cuando un domo de lava de 360 metros de ancho obstruyó el conducto de magma.
Krakatoa
Entre las islas de Sumatra y Java, en Indonesia, más precisamente en el estrecho de Sunda, se encuentra Krakatoa, una isla volcánica. En el año 1883, entre los meses de junio y agosto, grandes columnas de ceniza y vapor fueron expulsadas por su volcán, el cual había presentado una intensa actividad sísmica en los años anteriores.
La isla fue prácticamente destruida por las explosiones que tuvieron lugar el 27 de agosto; su fuerza y violencia fueron tales que los habitantes de Perth y la Isla de Rodríguez, a 4.500 km y 4.800 km de distancia respectivamente, las oyeron, y los barógrafos siguieron registrando la onda de presión de la última explosión cinco días más tarde.
Tambora
También en Indonesia se encuentra el Monte Tambora, un estravolcán (de forma cónica y con una altura considerable, formado por varias capas de lava endurecida) que en 1812 protagonizó la erupción más importante de la historia reciente. Tres años más tarde, a lo largo de los cuales se intensificó la actividad del volcán, una erupción de menor magnitud tuvo lugar junto con detonaciones que fueron oídas a 1.400 km de distancia.
Todo el monte se transformó en una masa fluida de lava, y los flujos piroclásticos descendieron en dirección al mar, sin ninguna piedad por el poblado.