Una muralla es una pared que se construye con un fin defensivo. Su objetivo es proteger algún espacio o territorio específico.
Por ejemplo: “El último emperador de esta dinastía fue quien decidió levantar una muralla para cuidar las tierras fértiles de la región”, “Para proteger el castillo, el rey construyó una muralla de tres metros de altura”, “Dicen que esta muralla puede verse desde la luna”.
Utilidad de una muralla
Las murallas sirven para aislar una población, separar territorios o cerrar un sitio. Esta clase de muro también permite establecer un límite o una frontera. Por lo general, se construye con rocas y ladrillos, que son materiales muy resistentes.
La idea de la muralla es que se convierta en una barrera imposible de atravesar. Las murallas, en este sentido, presentan pocos espacios habilitados para el paso (portales) y pueden incluir también torres de vigilancia, por si algún intruso pretende treparlas.
Su importancia en la Edad Media
Durante la Edad Media es cuando se produjo el uso masivo de las murallas para rodear los castillos, con el claro objetivo de poder proteger estas edificaciones, en las que solían morar tanto miembros de la realeza como aristócratas y señores de distintos linajes.
Para poder aumentar el servicio de esas construcciones defensivas era habitual que se vieran complementadas con torreones, desde donde poder atisbar la llegada de enemigos, así como de fosos y puentes levadizos, para dificultar notablemente el acceso de los atacantes.
La Muralla China
La Muralla China es posiblemente la muralla más conocida del mundo. Comenzó a construirse en el siglo V a. C. y forma parte del listado del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Esta muralla tenía como objetivo cuidar la región norteña del Imperio Chino.
Se dice que la Muralla China llegó a tener cerca de un millón de soldados dedicados a su custodia. Su extensión supera los 8.800 kilómetros, con una altura promedio de unos seis metros. Actualmente se conserva cerca del 30% de su estructura.
El caso de Ávila (España)
Una de las ciudades que ha conseguido mantener a través del paso de los años una muralla que se encargó de protegerla es la española Ávila. Así, quien hoy la visite tiene la oportunidad de ver ese cerco militar, que está catalogado como Patrimonio de la Humanidad.
Rodea lo que es el casco histórico, se ha convertido en símbolo de la urbe y cuenta con un perímetro de 2.516 metros, en la que se incluyen 2.500 almenas y 88 torreones. Asimismo destaca por sus 12 metros de altura y un ancho de 3 metros. Todo ello sin olvidar que dispone de un total de nueve puertas: Puerta del Mercado Grande, Puerta de San Vicente, Puerta de la Cárcel, Puerta de la Santa, Puerta del Puente, Puerta de la Catedral, El Arco del Mariscal, Puerta de la Mala Dicha y la Puerta de la Estrella.
Murallas en otras regiones
Córdoba, Granada, Gerona, Jaén, Valladolid y Salamanca son otras de las ciudades españolas que también cuentan en la actualidad con antiguas murallas.
Otra muralla histórica es la Muralla de Adriano, levantada por los romanos en lo que hoy es la Isla de Gran Bretaña. Su construcción se inició en el año 122 y se extendió por una década.