La noción de pelaje refiere a la calidad y las características que tiene la lana o el pelo de un animal. El término también puede aludir al pelamen: el pelo que cubre el cuerpo.
Hay que conocer además que este vocablo tiene su origen etimológico en el latín. Y es que se ha formado con la unión del sustantivo “pilus”, que significa “pelo”, y del sufijo “-aje”, que se usa para indicar “conjunto”.
Entre las palabras que pueden funcionar como sinónimos de pelaje podemos destacar algunas tales como piel, cabello, pelo o pelambrera, entre otros.
El pelaje permite reconocer a las diferentes razas o clases de una especie. Dado que suele recubrir casi la totalidad de la epidermis, puede ser advertido a simple vista.
El análisis del pelaje suele realizarse por su tonalidad y por sus capas. Sin embargo, hay animales que cambian el pelo a lo largo del año y el color además puede modificarse a partir de la higiene o de la alimentación, por ejemplo. De este modo, un ejemplar no exhibe siempre el mismo pelaje.
Hay caballos, por mencionar un caso, que presentan un pelaje largo y algo opaco en el invierno, pero que en verano tienen un pelaje más corto y de color más brilloso e intenso. La edad es otro factor que incide en la apariencia.
Siguiendo con los equinos, según el pelaje puede hablarse de alazanes, zainos, bayos, tordillos o gateados, entre otros. Las denominaciones dependen de las propiedades del pelo.
Es importante tener en cuenta que son muchos los animales que mudan su pelaje de acuerdo a la estación. El incremento de la densidad del pelaje cuando hace frío les permite resistir las bajas temperaturas. Las variaciones de color, en tanto, ayudan al camuflaje: el pelaje se vuelve más blanquecino en época de nevadas, y terroso durante el resto del año. Así las criaturas tienen mayor protección frente a sus depredadores.
Hay que establecer que muchas personas no dudan en poner mucho esmero en el cuidado del pelaje de sus animales para que ese luzca resplandeciente. Precisamente por ese motivo, ciudadanos que tienen a gatos como mascotas proceden a cepillarlos a diario con cepillos especiales y a introducirles en su dieta alimentos que son ricos en ácidos grasos omega 3 y 6, porque se considera que mejoran la calidad y el brillo del pelaje.
Asimismo, otro truco consiste en lavarles periódicamente con una mezcla preparada a base de agua y de miel o bien con agua y huevo.
No obstante, no hay que pasar por alto que, a nivel coloquial, también se utiliza el término pelaje con otro significado. En concreto, se emplea como algo despectivo. Así, se utiliza para referirse a alguien que tiene una mala apariencia, un aspecto sospechoso o incluso que se considera que puede ser de mala calaña.
Un ejemplo de la utilización de ese término con dicho significado puede ser el siguiente: “El individuo que ha llegado al pueblo tiene un pelaje un tanto extraño que ha despertado la desconfianza de todos”.
