La noción de pendrive, o pen drive, alude a una memoria de tipo flash que se conecta a otro dispositivo por medio de un puerto USB. Se trata de un aparato de tamaño pequeño que permite almacenar datos digitales.
Cabe destacar que la idea de USB, sigla de Universal Serial Bus, refiere a un bus: un conductor común a distintos dispositivos que posibilita la distribución de información. El pendrive, en este marco, es una memoria secundaria (también llamada memoria periférica o memoria externa) que puede conectarse directamente a través del enchufe de tipo USB que forma parte de su propio diseño.
El pendrive nació a mediados de la década de 1990 para reemplazar al disquete, hasta entonces el soporte más popular para almacenar datos. A medida que su capacidad de almacenamiento y su velocidad de transferencia fueron aumentando, el pendrive incrementó su popularidad y también compitió contra los recursos que reemplazaron al disquete (como el CD-ROM y el DVD-ROM).
Es importante tener en cuenta, de todos modos, que los elementos mencionados recurren a diferentes tecnologías. En el caso del pendrive, es una unidad de estado sólido que emplea una memoria no volátil (no demanda energía para conservar los datos almacenados).
En comparación al CD o al DVD, el pendrive es más resistente al polvo y a los rayones. Además es más pequeño, lo que facilita el transporte de la información. Como punto en contra, es susceptible a los cambios de voltaje mientras se encuentra conectado.
Otra de las ventajas del pendrive frente a sus alternativas es la facilidad con la que se puede enchufar y comenzar a usar. Dado que no tiene ni requiere piezas mecánicas para su funcionamiento, el procedimiento es mucho más directo que abrir la bandeja del lector de unidades ópticas (CD, DVD o Blu-ray), apoyar el disco con cuidado y luego cerrar la bandeja para que el motor lo haga girar y así comience el proceso de lectura.
Esta diferencia también repercute en la velocidad de lectura: podemos decir que los modelos más modernos de pendrive superan más de veinte veces las velocidades de lectura de los DVD más rápidos. El pendrive se organiza en bloques de memoria flash que se lee y escribe por medio de impulsos eléctricos, un proceso mucho más rápido y seguro que el recorrido de los discos ópticos, el cual exige su rotación constante para recorrer su superficie en busca de los datos o los espacios disponibles para la grabación.
De todos modos, la teoría indica que un pendrive puede escribirse cerca de un millón de veces y almacenar los datos durante dos décadas. Por eso hoy en día son muy populares para guardar y trasladar documentos de oficina, fotografías, música y otros archivos.
Mantener un pendrive es fácil: basta con guardarlo en un sitio limpio y seco, como cualquier otro dispositivo electrónico, y evitar que se caiga o golpee. Por otro lado, siempre existe el riesgo de perder la información, por prestigiosa que sea la marca y por mucho dinero que cueste el producto; por esta razón, se recomienda tener al menos dos copias de cada documento importante.
Mientras que a principios del 2000 el pendrive competía con los discos ópticos, en la actualidad todos ellos y cualquier otro medio de almacenamiento, como ser la tarjeta de memoria (en todos sus tamaños y variantes), tienen un enemigo en común: la nube. En sus comienzos, el almacenamiento en la nube era algo difícil de entender para algunos, con poco futuro para otros; al día de hoy, sin embargo, probablemente es un servicio que usamos casi todos con diferentes objetivos, como ser la protección de datos, el almacenamiento remoto y la instalación de aplicaciones para su ejecución en aparatos más poderosos que los locales.