Un portapapeles es un utensilio que permite reunir y sostener distintas hojas de papel. Por lo general se trata de una plancha rectangular de plástico o corcho que incluye un broche para enganchar los papeles.
De este tipo de portapapeles hay que subrayar también que se pueden adquirir en tres formas diferentes: abiertos, parcialmente abiertos e incluso cerrados.
Asimismo, no hay que olvidar que, por regla general, tienen un tamaño de clase A4 y que están disponibles en una gran variedad de colores.
Estos portapapeles son útiles en diferentes ámbitos, como la medicina, la docencia y el periodismo. El profesional puede utilizarlos para ordenar y trasladar diversos documentos.
No obstante, también estos artículos de papelería son usados en productoras donde se está llevando a cabo algún tipo de casting para series o películas, en recepciones de grandes empresas, en los servicios de logística de empresas de transportes…
En la actualidad, el uso más habitual de la noción de portapapeles aparece en el terreno de la informática. Se llama portapapeles al espacio virtual de una computadora donde, temporalmente, se almacena información para un uso posterior.
El portapapeles, en este marco, es el depósito donde se guardan los datos que un usuario copió o cortó. Luego la persona puede pegar esa información. El portapapeles, por lo tanto, permite el desarrollo de acciones básicas en una computadora como cortar y pegar o copiar y pegar.
Gracias al portapapeles, se facilita la transferencia o la duplicación de archivos, texto, etc. Esta herramienta se utiliza con mucha frecuencia en el sistema operativo Windows y en diversos procesadores de texto, por ejemplo.
Puede decirse que el portapapeles se encarga de “recordar” aquello que el individuo corta o copia. Al momento de pegar esos datos, se los “toma” del portapapeles. Es importante tener en cuenta que el portapapeles registra únicamente lo último que se cortó o copió, ya que la información se va sobrescribiendo.
Supongamos que, en Microsoft Word, escribimos la palabra “hola”, luego la seleccionamos con el mouse o ratón, presionamos el botón derecho y hacemos clic en Copiar. Ese texto (“hola”) se almacena en el portapapeles. Luego, en otra parte de la hoja, realizamos nuevamente clic con el botón derecho y elegimos Pegar: la palabra “hola” será traída del portapapeles y se agregará al documento en cuestión.
Asimismo es interesante saber que el portapapeles cuenta con su propio historial, que se puede consultar si se considera oportuno o necesario. En concreto, para acceder a él se puede hacer de la siguiente manera: pulsando al mismo tiempo el botón del teclado con el logo de Windows y la letra V.
No menos importante es que sepas que con el portapapeles se pueden llevar a cabo otra serie de funciones significativas como son borrar su historial, anclar determinados elementos en él, sincronizar aquel con otros dispositivos que se tengan o incluso realizar y guardar capturas de pantalla.
Los teléfonos móviles también disponen de un portapapeles. En su caso, lo habitual es que vaya ingresado directamente en el sistema operativo de aquellos, ya sea Android o ya sea iOS. Un portapapeles que se puede mejorar y ampliar en este caso a través de aplicaciones que se descargan de manera rápida y sencilla como Gboard, Copied, Secure Clips, Type Keeper o incluso Clipboard Actions, entre otras muchas.