Precarga es un término que no forma parte del diccionario de la Real Academia Española (RAE). El concepto, de todas formas, es de uso frecuente en el campo de la medicina con referencia al trabajo que realiza el corazón.
Se conoce como precarga al volumen de sangre que se encarga de distender el ventrículo izquierdo del órgano antes de que se produzca la contracción. Dicho volumen es el que se registra cuando se completó el llenado del ventrículo.
Qué es la precarga
La precarga, por lo tanto, es la presión que provoca la distensión del ventrículo cuando se completa el llenado y se realiza la correspondiente contracción. En teoría, la precarga consiste en el primer estiramiento de la fibra muscular cardiaca: dado que es imposible medir esto en el momento en el que ocurre, se apelan a ciertos cálculos estimativos.
La presión que ejerce la sangre al circular por el organismo, su mayor o menor rapidez para retornar y el volumen sanguíneo inciden en la precarga, que también está vinculada con el volumen diastólico final del ventrículo (un volumen mayor implicará una mayor precarga). Cuando se realiza una actividad física o se incrementa el volumen de la sangre, también aumenta la precarga.
Posibles trastornos
En muchas ocasiones, los profesionales médicos se ven en la necesidad de atender a pacientes que llegan al hospital teniendo alterada lo que es la precarga, la cual se mide mediante lo que se conoce como catéter de Swan Ganz.
En ese sentido, es importante que tengan claro que existen una serie de factores que propician que la precarga esté aumentada, respecto a lo que vendrían a ser los parámetros normales. En concreto, tres pueden ser las principales causas de esas circunstancia:
- Que la persona sufra una insuficiencia cardíaca de tipo congestiva.
- Que exista una vasoconstricción. Esta puede ser provocada por una hiportermia, una estimulación simpática exógena o una estimulación simpática endógena.
- Por lo que se da en llamar hipervolemia. Esta a su vez está causada por dos circunstancias fundamentalmente: una insuficiencia renal oligoanúrica o una sobrecarga de volumen.
Por otro lado, tenemos que tener claro que la precarga también puede estar disminuida por causas como las que mostramos a continuación:
- La persona en cuestión tiene una taquicardia, que excede lo que son las 120 pulsaciones por minuto.
- El individuo está sufriendo lo que se da en llamar hipovolemia. Esta se puede originar, a su vez, por distintos factores como la diarrea, una hemorragia, la deshidratación, la ingesta abusiva de diuréticos o incluso los vómitos.
- Una vasodilatación. Esta puede estar relacionada con varios factores, siendo los más habituales un caso de sepsis e incluso lo que se da en llamar anafilaxia.
Puede decirse, en definitiva, que la precarga se encarga de distender el corazón antes de que se produzca su contracción, a partir de la presión soportada por la pared del ventrículo en la finalización de la diástole. La precarga es directamente proporcional al radio y a la presión; en cambio, resulta inversamente proporcional respecto al espesor de la pared ventricular.