Los prosumidores potencian el mercado que les interesa por medio de su propia producción.
El diccionario de la Real Academia Española (RAE) no incluye el término prosumidor en su diccionario. El concepto, sin embargo, se utiliza con frecuencia en el ámbito de la economía.
TemasConsumidor involucrado en la producción
La noción suele ser atribuida al escritor estadounidense Alvin Toffler. Este futurólogo combinó las ideas de productor y consumidor para dar lugar a prosumidor: un consumidor que se involucra en la producción de los servicios y los bienes que adquiere, consume o utiliza.
Es importante tener en cuenta que el vocablo prosumidor puede emplearse de distintas maneras. Esto se debe a que se usa en contextos disímiles, desde la tecnología hasta la agricultura pasando por múltiples sectores industriales.
A nivel general, puede afirmarse que el prosumidor es un individuo que, gracias a sus conocimientos y a su capacidad crítica, influye en el mercado e impulsa la innovación. Esa doble condición puede tener fines de lucro o no.
Un sujeto que intercambia información a través de la Web y que adquiere saberes para generar sus propios productos está considerado como un prosumidor. En este caso, la persona interviene activamente en la producción para hacer uso de lo creado por sí mismo, sin participar de una actividad comercial.
Ejemplos de prosumidor
Aquel que cultiva tomates, consumiendo un porcentaje de su producción y comercializando el resto, también es un prosumidor. Incluso este productor puede intercambiar tomates por otros alimentos (como cebollas o trigo), desarrollando el trueque.
Para la industria energética, un prosumidor es alguien que consume electricidad de una red y, a su vez, genera energía aprovechando fuentes renovables. Dado que dicha energía que produce la inyecta en la red en cuestión, el prosumidor consigue ahorrar dinero.
Los usuarios de Internet que prueban productos y servicios con un cierto grado de conocimientos técnicos y luego elaboran una reseña que comparten a través de sus redes sociales también entran en el grupo de los prosumidores. La razón es que gracias a su trabajo se potencia la calidad del mercado y, en el mejor de los casos, las empresas se benefician con una forma más directa de publicidad. De acuerdo con algunas estadísticas, más del 90 por ciento de los consumidores se recurren a estos análisis antes de decidirse a hacer una compra.
Crítica y análisis
Dadas las características expuestas hasta el momento, entendemos que el prosumidor tiene un perfil muy particular. No se trata de un simple consumidor, sino que debe tener una mirada crítica, una perspectiva bien definida que le permita analizar los productos y servicios que le interesan desde un punto de vista técnico.
Lejos de ser un usuario que simplemente comparta con sus contactos «si algo le gustó» o «si una compañía lo trató mal», el prosumidor ve más allá de la situación puntual, puede detectar la causa de los éxitos y fracasos de una organización y compartir su estudio con los demás. Por lo tanto, su trabajo es constructivo.
La base teórica del prosumidor es sólida y le brinda un criterio fiable.
Además, el prosumidor no se fija en las tendencias antes de compartir su punto de vista, ya que se apoya en un conocimiento sólido, construido por medio de su propia experiencia. Sus argumentos tienen profundidad, y los defiende sin problema.
Con respecto a su personalidad, el auténtico prosumidor suele perseguir la excelencia en casi todos los aspectos de su vida. Comienza exigiéndose a sí mismo este grado de corrección y, cuando sale al mundo exterior, no espera otra cosa de los demás. Por excelencia entendemos la capacidad de solucionar los problemas, de trabajar en los pequeños detalles para ofrecer el mejor resultado posible. De hecho, no es raro que colabore espontáneamente con las empresas cuyos productos o servicios no lo satisfacen, ofreciéndoles posibles formas de mejorar.
