Terrateniente es un término formado por dos vocablos latinos: terra («tierra») y tenens («que tiene»). El concepto, por lo tanto, refiere a la persona que posee tierras.
Su uso suele estar vinculado a quien cuenta con grandes extensiones agrícolas. Por ejemplo: «El presidente resaltó que los grandes terratenientes no están exentos del cumplimiento de obligaciones», «John Milboard Paternusis es un terrateniente que cuenta con más de 20.000 hectáreas de campos en el sur del país», «Me gustaría saber cómo hizo para pasar de peón a terrateniente en apenas tres años».
Surgimiento de la noción de terrateniente
La noción de terrateniente surgió en los países de tradición monárquica. Los terratenientes eran nobles con fortunas familiares que procedían de la Edad Media. A partir de la Revolución Francesa, el acopio de grandes extensiones de tierra en pocas manos tendió a cambiar y se promovió el reparto de terrenos.
El contexto histórico y geográfico determina la concepción de terrateniente. En Argentina, los historiadores sostienen que los terratenientes conformaron una burguesía con gran poder político desde los primeros años de la independencia nacional, determinando el desarrollo del país. Pese a los cambios históricos y sociales, se trata de un grupo aún muy influyente en la vida política.
En el caso de Colombia, por ejemplo, a mediados del siglo la sociedad se encontraba diferenciada en base a distintos grupos sociales. Así, además de los ya citados terratenientes, existían los comerciantes, los esclavos, los artesanos y los indígenas.
El término en distintas regiones
En Andalucía, en España, aún podemos decir que, en la actualidad, siguen existiendo terratenientes que se identifican por estar en posesión de multitud de tierras, debido fundamentalmente a que las han heredado de sus antepasados. Dentro de los estudios históricos llevados a cabo sobre la evolución de aquellos, se ha matizado que, por ejemplo, en la década de los años 70 existían tres grandes grupos de terratenientes:
- Aquellos que gracias a acuerdos y alianzas entraron de lleno también en el sector de la banca y la industria.
- Los que siguieron únicamente dentro del sector agrícola y ganadero pero dieron un impulso a sus explotaciones modernizando las mismas.
- Los que permanecieron igual que estaban, que no tomaron ninguna medida de cambio y que se toparon con una disminución de sus beneficios.
En la mencionada comunidad autónoma española, así como en otra como es Extremadura, es habitual que a los terratenientes también se les conozca como señoritos. Precisamente los abusos que estos cometieron en décadas pasadas con sus trabajadores, por el poder que acumulaban o por el dinero que tenían, se convierte en uno de los libros más importantes del escritor Miguel Delibes: «Los santos inocentes», que se publicó en 1981 y que narra la vida de una familia de campesinos que trabajan a las órdenes de los dueños de un cortijo, que los someten a todo tipo de explotaciones y vejaciones.
En Cuba, por otra parte, los terratenientes contaron con el poder económico y político hasta la revolución socialista. La explotación de sus tierras la realizaban con indios y mestizos asalariados, pero también con mano de obra esclava.
En general, los terratenientes se oponen a los cambios sociales ya que constituyen una clase privilegiada y, por lo tanto, cualquier modificación en el statu quo resulta contraria a sus intereses.