Un texto es un conjunto coherente de signos que, codificado en un sistema, forma una unidad de sentido y tiene una intención comunicativa. La didáctica, por su parte, es el área de la pedagogía vinculada a los métodos prácticos de enseñanza.
El texto didáctico, por lo tanto, es aquel que tiene como finalidad la enseñanza. Este tipo de textos cuenta con una orientación educativa e intenta plasmar las pautas de las teorías pedagógicas.
Historia del texto didáctico
En un sentido general, la literatura nació con intención didáctica, ya que el origen de la escritura está vinculado al deseo de compilar los saberes que, hasta ese momento, se transmitían oralmente de generación en generación.
Cómo género, el texto didáctico tuvo un desarrollo específico posterior a los clásicos (el drama, la lírica y la épica). En un principio estos textos eran desarrollados en formato de código o crónica y pretendían registrar los hechos históricos y fijar las normas de convivencia entre los pueblos.
Poco a poco, el texto didáctico comenzó a apropiarse de otras formas para transmitir los conocimientos, con la inclusión de diálogos y monólogos. A partir de entonces, la didáctica se dividió en diversos subgéneros, como el ensayo (que incluye el enfoque personal del autor), el tratado (donde un tema es analizado de forma exhaustiva) y la oratoria (que busca convencer mediante el lenguaje oral).
Educación escolar
En la actualidad, la mayor parte de los textos didácticos se utilizan en el ámbito de la educación escolar y sirven de apoyo a los contenidos que enseñan los docentes en base a los planes curriculares.
Uno de los puntos fundamentales que debe cumplirse a la hora de elaborar un texto didáctico es el equilibrio entre el volumen de información que se provea al lector y el incentivo a seguir aprendiendo e investigando que en él se genere. Se trata de un objetivo muy difícil de alcanzar; por lo general, los libros de estudio tienden a estar saturados de contenido, o bien a presentar vagamente los temas y a proponer la ampliación de los mismos con la ayuda de material complementario.
Tipos de texto didáctico
Cabe mencionar que se puede distinguir entre libros para autodidactas y aquellos que se utilizarán con la guía de un maestro. Se espera que el primer grupo utilice un lenguaje ameno y cercano al lector, teniendo en cuenta que su nivel de conocimientos técnicos puede ser muy bajo, o nulo; los autodidactas suelen ser personas muy determinadas e intuitivas a la hora de aprender, pero un texto mal diseñado, con consejos poco prácticos o falta de información esencial puede resultar en un aprendizaje deficiente.
Cuando interviene un docente en el proceso educativo debe comprometerse a aprovechar las herramientas y el contenido que le brindan los textos, apoyándose en sus puntos fuertes y sabiendo suplir sus falencias, de manera que los conceptos generen un impacto imborrable en la vida de los estudiantes. Es sabido que de nada sirve la memorización forzada de fechas y acontecimientos; del mismo modo, pocas personas se sienten atraídas a un libro escrito en un lenguaje cuya complejidad se encuentra fuera de su alcance.
En los últimos años, ha tenido lugar una fusión entre los textos didácticos y los recursos que ofrece la informática, que comenzó por complementar la información con sencillas aplicaciones interactivas incluidas en discos flexibles o CDs, y evolucionó hasta incluir contenido multimedial actualizado a través de Internet, con acceso a foros y tutorías en línea. Esto resulta especialmente útil para el aprendizaje de un idioma, dado que permite al estudiante escuchar grabaciones de audio con la pronunciación y la entonación correctas de las oraciones y los diálogos del libro, práctica esencial para desarrollar un acento correcto.