Torpeza es la condición o la característica de aquel que es torpe. El concepto alude a la falta de habilidad o de capacidad para la realización de determinadas tareas o para el desarrollo de ciertas acciones.
Por ejemplo: “Perdón, rompí el jarrón debido a mi gran torpeza”, “El cantante volvió a mostrar su torpeza al tropezarse cuando subió al escenario a buscar su premio”, “Cuando manipulas objetos tan delicados, no hay lugar para torpezas”.
La torpeza en lo cotidiano
En ocasiones, la idea de torpeza refiere a la brusquedad o la incapacidad para la ejecución de tareas cotidianas. Supongamos que un hombre, cuando lava los platos después de una comida, suele romper alguno. Pese a su buena voluntad, es común que dañe la vajilla debido a su torpeza. Ante esta realidad, tendrá que extremar las precauciones y prestar mucha atención para evitar problemas.
En España, por ejemplo, hay un actor llamado Pepe Viyuela (Logroño, 1963) que, en la década de los años 80 y 90, saltó a la fama por un personaje cómico que interpretaba en diversos programas de televisión. Se trataba de un individuo con una gran torpeza, lo que hacía que siempre acabará atrapado en una silla plegable o con cualquier artículo rodeado alrededor de su cuerpo.
El concepto en el deporte
La torpeza también se hace presente en el ámbito de los deportes. Un futbolista puede tener una gran inteligencia para el juego, contar con un buen estado físico y disponer de mucha fuerza. Por eso es considerado como un excelente defensor. Sin embargo, cuando este mismo futbolista debe controlar la pelota (el balón) y trasladarlo, tiene dificultades por su torpeza. Es común que se tropiece o que termine perdiendo el control ante la presión de los rivales.
En muchas ocasiones, la torpeza se vincula a una ineptitud innata: retomando el ejemplo anterior, un futbolista puede entrenar varias horas por día y, sin embargo, no conseguir dominar la pelota como la mayoría de los profesionales. En otros casos, en cambio, la torpeza está asociada a desatenciones o a la falta de voluntad. Un hombre que se apura para pintar una pared es probable que manche el techo o el suelo por torpeza.
La torpeza social
Hay muchas personas que consideran que tienen torpeza social, lo que significa que no son especialmente habilidosas a la hora de entablar conversaciones y relaciones con otras a las que acaban de conocer. Eso les puede generar un sinfín de situaciones comprometidas, como decir algo totalmente inapropiado, e incluso verse solas, sin amigos o sin pareja.
Precisamente por eso, los psicólogos recomiendan que quienes tengan este tipo de torpeza empiecen a “trabajar” para ir dejándola de lado, siguiendo consejos como éstos:
- Deben mejorar la confianza en sí mismos.
- Tienen que apostar por tomar parte en actividades donde vayan a estar con más gente porque eso les ayudará a ir dejando de lado su torpeza. En concreto pueden apuntarse desde a clases de cocina hasta a talleres de baile, entre otras muchas propuestas.
- Deben evitar obsesionarse con las cosas que consideran que hacen mal o en las que no logran destacar.
- Es imprescindible que apuesten por una actitud positiva.
- Nadie es perfecto, por lo que también es recomendable que aprendan a reírse de sus acciones claramente fruto de la torpeza.
- Deben quedar más con sus amigos, salir y conocer gente nueva.