Abolengo, que deriva del término abuelo, es un concepto que refiere a los antepasados. Por lo general la noción alude al linaje o a una ascendencia insigne.
Algunos ejemplos
Por ejemplo: “Para un hombre de su abolengo, debe ser difícil atravesar un momento económico tan duro que le produce todo tipo de privaciones”, “El barrio pronto comenzó a poblarse de familias de abolengo que contribuyeron a su desarrollo”, “El abolengo familiar exige que te comportes con corrección, no nos avergüences”.
En estos tres ejemplos podemos ver el uso de la palabra abolengo para hacer referencia a la ascendencia insigne, algo que no siempre repercute positivamente en los más jóvenes, ya que les supone una serie de imposiciones para mantener el apellido de sus antepasados bien alto. Veamos la primera oración: habla de un hombre que en la actualidad no goza de una holgura económica acorde a lo que se espera de él, dada su ascendencia.
Podemos deducir que hasta hace un tiempo, ostentaba un muy buen pasar, algo que también habrán hecho sus padres y abuelos. Sin embargo, por diferentes motivos, su presente no parece concordar con su pasado. El segundo ejemplo muestra un aspecto diferente del término abolengo, ya que señala el carácter positivo que pueden tener familias de estas características en el crecimiento de una comunidad. Gracias a su dinero y sus influencias, es posible que hagan refacciones y embellezcan sus casa, e incluso que colaboren con el aspecto de la vía pública.
Por último nos encontramos ante una situación en la cual el emisor llama la atención de su interlocutor para exigirle que se comporte bien para no avergonzar a la familia. No es una simple reprimenda, como la que podría dar cualquier persona a su hijo, sino una que incluye el peso del abolengo, de la imagen que dieron sus antepasados y que no querrían ver manchada por ningún motivo.
Extensa tradición
La idea de abolengo, por otra parte, hace mención a la extensa tradición de alguien o algo: “Al tratarse de un bar de abolengo, el gobierno se comprometió a realizar un aporte económico para evitar su cierre”, “Estoy orgulloso de llegar a un club de abolengo que se propone ganar cada torneo que disputa”, “Se trata de un género sin mayor abolengo, pero que está empezando a conquistar a un gran número de personas”.
Estudiando estos tres ejemplos entendemos que cuando una cosa se asocia a una extensa tradición existe un gran interés por su conservación, así como una persona u un grupo de personas de abolengo resultan atractivas por su trayectoria. Si bien no ocurre en todos casos, suele ocurrir que el gobierno o ciertos organismos privados destinen sus recursos a mantenerlos activos y evitar, por ejemplo, que demuelan sus edificios para construir centros comerciales.
En el caso de un club deportivo, su abolengo despierta confianza en los nuevos jugadores y potencia su rendimiento gracias al respaldo. De manera más general, un género que sea relativamente nuevo puede calificarse precisamente como carente de abolengo, aunque tal estado cambiará tras unas décadas de presencia en la sociedad.
Como nombre propio
Cabe resaltar que podemos encontrar la palabra abolengo en el nombre de diversos comercios y establecimientos. En la ciudad de Capitán Sarmiento, provincia de Buenos Aires (Argentina), se encuentra Haras Abolengo, dedicado desde la década de 1960 a la cría de caballos.
También en Argentina, pero en localidad de Leandro N. Alem (Misiones), funciona el Museo Abolengo. Esta institución alberga una colección de herramientas y utensilios empleados por los ancestros de los actuales pobladores.
En Chile, Abolengo es una marca de servilletas de papel. Este producto se presenta como una opción económica para que las personas puedan limpiarse las manos y los labios mientras comen o en otros contextos.