Un abrojo es una planta con espinas que forma parte del grupo familiar de las cigofiláceas. Se trata de una planta herbácea anual que se encuentra en muchas regiones del mundo. El concepto se forma con los términos “abre” y “ojo”, debido al cuidado que debían tener para no lastimarse aquellos que segaban un campo con abrojos.
Características generales
Los abrojos se consideran dañinos para los cultivos. Además los frutos de estas plantas, con sus espinas, pueden lastimar al ganado y a las personas.
Resulta habitual que los abrojos se adhieran al pelo de los animales y a la ropa de los individuos. Incluso pueden llegar a pinchar neumáticos. Esto sucede por sus características hojas grandes, dentadas y ásperas, y sus frutos espinosos
Las flores del abrojo son pequeñas y están dispuestas en cabezuelas que forman inflorescencias, típicas de la familia Asteraceae. Las cabezuelas contienen flores femeninas y masculinas separadas. Los frutos son aquenios, que son pequeños frutos secos que contienen una única semilla y están rodeados de una estructura espinosa que facilita su dispersión.
El abrojo común es una planta adaptable que puede crecer en una variedad de hábitats, incluidos campos, márgenes de carreteras, áreas perturbadas y terrenos baldíos. Se propaga mediante la dispersión de sus frutos, que se distribuyen a medida que los seres a los que se adhieren se desplazan. Es importante destacar que puede ser una planta invasora en algunas áreas y competir con especies nativas.
Arma de defensa o castigo
Un abrojo también hace es un arma o instrumento defensivo o de castigo. En el ámbito de la religión, los disciplinantes solían colocar abrojos en el azote para autoflagelarse.
Los abrojos son piezas metálicas con apariencia de estrella, cuyas púas pueden generar daños. Conocidos como miguelitos en algunos países latinoamericanos, los abrojos suelen distribuirse por el suelo para obstaculizar o impedir el avance de quienes se desplazan en vehículos.
Hay casos de delincuentes que arrojan abrojos en la calle con el objetivo de que los automovilistas los pisen y se vean obligados a detenerse, ya que se pinchan sus neumáticos; es ahí que los primeros aprovechan su vulnerabilidad para asaltarlos.
Velcro
En Argentina, en tanto, se denomina abrojo al velcro. Se trata de un mecanismo de sujeción o cierre que consta de dos tejidos distintos, los cuales, al establecer contacto, se enganchan. Es un invento versátil y práctico, ampliamente utilizado en todo el mundo.
En términos más específicos, el abrojo es un sistema que consiste en dos tiras de materiales diferentes: una con pequeños ganchos (parte áspera) y otra con bucles (parte suave). Cuando estas dos tiras se presionan juntas, los primeros se enganchan en los segundos, creando un cierre fuerte y seguro. Nótese que la palabra Velcro es una marca comercial registrada, pero también se utiliza de manera coloquial para referirse a cualquier sistema similar.
El abrojo fue inventado en 1941 por el ingeniero suizo George de Mestral. La idea se le ocurrió después de dar un paseo por el campo y darse cuenta de que las semillas de bardana se adherían a la ropa y al pelaje de su perro. De Mestral estudió la estructura de las semillas y desarrolló un sistema similar utilizando materiales sintéticos. En 1955, obtuvo la patente y comenzó a comercializarlo.
Son diversas las aplicaciones del abrojo en la industria, gracias a su facilidad de uso. Podemos encontrarlo en ropa y calzado, equipamiento deportivo (para sujetar guantes, muñequeras, rodilleras u otros equipos deportivos), industria y automoción (para asegurar objetos en su lugar) decoración y manualidades (para montar objetos en superficies sin dañarlas). En la asistencia médica, el Velcro se emplea para sujetar vendajes, férulas, soportes y otros dispositivos médicos.