Acusación es el acto de acusar: señalar a una persona como responsable de una cierta falta. En el ámbito del derecho, la acusación supone imputar un delito a un individuo.
Puede decirse que la acusación -término procedente del vocablo latino accusatĭo- es uno de los pasos necesarios que se deben dar en un proceso judicial para alcanzar una condena. La acusación contra un sujeto debe realizarse ante la autoridad correspondiente que, tras el juicio, determinará si el acusado es culpable o inocente. Si por las pruebas reunidas, la autoridad determina que la persona es culpable, le aplicará el castigo detallado por la ley (una sanción económica, reclusión en la cárcel, etc.).
Bajo la lupa del sistema de justicia, la acusación no es un elemento indivisible, sino que está formado por varios componentes; si bien cada autor puede entender esta estructura con matices diversos, entre los puntos claves se encuentran los siguientes: los datos que identifican a las diferentes partes; la descripción de los hechos, que debe cumplir una serie de requisitos, como ser la precisión y la concisión; y la tipificación del delito, esencial para dar comienzo al resto de los procedimientos legales.
La acusación falsa
Por otro lado, existe el concepto de acusación falsa, que también se conoce con el nombre de denuncia falsa y se trata de un delito que consiste en imputar la realización de un delito o falta a una o más personas frente a la autoridad competente, siendo consciente de estar faltando a la verdad. En otras palabras, esto tiene lugar cuando aseguramos ante la policía que alguien ha actuado de forma ilegal a pesar de saber que esto no es cierto.
Aunque pueda parecer algo ocasional, el delito de acusación falsa es muy frecuente; en España, por ejemplo, se registraron más de 900 casos de este tipo tan sólo en el primer tercio de 2013. La autoridad judicial que lleva a cabo la persecución de este delito debe dictar una resolución judicial firme de archivo o sobreseimiento; en otras palabras, una vez que valora la denuncia, las pruebas que el denunciante haya presentado y las declaraciones de ambas partes, debe interrumpir su actuación al entender que no existen indicios suficientes para sustentar la veracidad de los hechos.
Otros usos del término
La acusación también puede entenderse como el pedido que un individuo o un grupo de personas realizan para obtener una condena del acusado, para lo cual aportan las pruebas que permiten demostrar que el imputado no es inocente (es decir, rebatiendo el principio de presunción de inocencia). Al conjunto que forman quienes acusan también se lo conoce como acusación. Por ejemplo: «La acusación solicitó nueve años de cárcel para el imputado», «Ahora el tribunal deberá considerar el reclamo de la acusación».
En el lenguaje coloquial, la idea de acusación se utiliza con referencia a la acción que implica culpar a alguien de algo: «¡No entiendo tu acusación! Yo nunca le dije nada a Cristian», «Ya escuché la acusación de papá, pero te juro que yo no tomé el dinero», «Estoy cansada de las acusaciones, voy a renunciar».
Mientras que en el ámbito legal una acusación es un procedimiento absolutamente normal y, de hecho, necesario para que entren en funcionamiento otros procesos complementarios, en la vida cotidiana no se trata de algo frío y técnico, sino de una acción que puede acarrear consecuencias a nivel emocional. Por ejemplo, cuando una persona acusa a alguien en quien tiene depositada mucha confianza de haberle robado un bien, da un paso del cual puede arrepentirse el resto de la vida si su acusación resulta ser infundada, ya que la relación puede romperse para siempre a causa de ello.