Para poder analizar a fondo el significado del término almohada, lo primero que tenemos que hacer es conocer el origen etimológico que posee. Así, podemos determinar que se trata de una palabra que deriva del árabe, exactamente de “al-mukhádda”, que puede traducirse como “mejilla”.
El concepto de almohada se utiliza con referencia al objeto relleno con materiales mullidos que una persona utiliza para apoyar su cabeza mientras está acostada en la cama. Se trata de una especie de almohadón o de colchón de dimensiones reducidas.
Por ejemplo: “Cuando me acuesto a ver la televisión, suelo utilizar dos almohadas para estar más cómoda”, “Tengo la costumbre de dormir abrazado a la almohada”, “Las almohadas de plumas son mis favoritas”.
Lo habitual es que un individuo duerma sobre una cama, una estructura hecha de madera o de metal. Sobre este mueble se coloca un colchón, que es una pieza elástica y blanda sobre la cual el sujeto se acuesta. La almohada se ubica en un extremo del colchón: de este modo, la persona coloca la cabeza sobre la almohada, mientras que el resto del cuerpo queda ubicado en el colchón. Para abrigarse, puede cubrirse con sábanas, frazadas o mantas.
Hay que subrayar que existen numerosos tipos diferentes de almohadas que se clasifican según criterios tales como estos:
-Si tenemos en cuenta la forma, nos topamos con tres clases fundamentales: la almohada tradicional, que es larga y estrecha; la cervical, que posee forma cóncava; y la mariposa cervical que, como su propio nombre indica, cuenta con forma de ese animal volador.
-En el caso de que partamos de lo que es el material de fabricación de lo que es su núcleo interior, hay cuatro grandes tipos: las de memory foam; las de fibra; las de látex; y las que se encuentran rellenas de pluma de ave.
De la misma manera, no podemos pasar por alto que también están las llamadas almohadas para embarazadas. Estas cuentan con un mayor tamaño y tienen la particularidad de que no solo permiten reposar lo que es la cabeza sino también ejercer de soporte del voluminoso vientre de las futuras mamás.
Gracias a esas características, las gestantes pueden dormir bien y descansar profundamente, al tiempo que disfrutan de otras ventajas. En concreto, les ayudan a mejorar la circulación sanguínea o a reducir los dolores de espalda sin olvidar tampoco que, además, son óptimas incluso después del parto para facilitar la lactancia.
Gracias a la almohada, es posible conservar la columna vertebral recta, ya que el espacio que queda en el cuello es rellenado. Quien se acuesta, además, puede relajar los músculos del cuello y de otras regiones corporales debido a que la cabeza descansa sobre la almohada.
Por lo general de forma alargada, las almohadas disponen de un relleno blando (hecho con plumas, fibras o látex), que está protegido por una funda interior. Para cubrir esta funda, se emplea otra que puede contar con cierre o cremallera para que sea posible extraerla.