
El análisis morfológico permite establecer qué categorías gramaticales o clases de palabras constituyen a cada elemento de una oración o frase.
Análisis morfológico es un concepto propio del ámbito de la lingüística que abarca acciones claves para la comprensión acerca del proceso de construcción de cada una de las palabras que nutren a un determinado idioma.
Antes de dar paso a la enumeración de características, métodos, aplicación, técnicas y herramientas del análisis morfológico suma resaltar que morfológico es un término vinculado a la morfología. Es decir, a la especialidad englobada dentro de la gramática que se encarga del estudio de la estructura y composición de cada vocablo. Cuando se integran y complementan entre sí morfología y sintaxis en pos de estudiar la formación de palabras así como sus relaciones y combinaciones.
Vale aclarar, asimismo, que a diferencia del análisis sintáctico, el análisis morfológico no se encarga de observar qué funciones cumplen dentro de una oración las diferentes clases de palabras sino que hace hincapié en la categoría gramatical en la cual se encuadran los términos presentes en los enunciados examinados.


Fundamentos del análisis morfológico
Antes de proceder a la ejecución de un análisis morfológico, el cual parte de una base léxica, es imprescindible estar al tanto de ciertos fundamentos y elementos del proceso.
Más allá de instruirse sobre la utilidad de la morfología es necesario saber, por ejemplo, que los morfemas son las mínimas unidades aislables en este marco. Este término tiene varias acepciones, por eso también se apela a la idea de morfema para identificar a cada unidad minúscula que posee significado. Hay, según se advierte en la práctica, morfemas flexivos y morfemas derivativos. Dentro de estos grupos se reconocen a los sufijos, prefijos y afijos.
Tampoco hay que pasar por alto la existencia de procedimientos de orden morfológico que, a partir de al menos un morfema, posibilitan la formación de palabras. De la mano de la composición (es decir, de un acto de coordinación de un par o más de raíces o lexemas a fin de unir bases léxicas) y de la derivación (ideal para vincular términos que se relacionan entre sí de manera semántica), por ejemplo, van surgiendo múltiples vocablos. Es constructivo, incluso, recordar que hay morfemas que alteran diferentes tipos de palabras como parte de un proceso de flexión (en lenguas indoeuropeas suele reconocerse la flexión nominal que afecta a adjetivos, pronombres y sustantivos; así como también se distinguen la flexión temática, la flexión radical y la flexión verbal).
Incorporar saberes sobre tipología morfológica y capacitarse acerca de modelos de análisis morfológico, además de adquirir habilidades de descomposición morfológica que garanticen la práctica de examinar un término parte por parte, son otras claves para trabajar con palabras y oraciones.

Con el análisis morfo-sintáctico se identifican los componentes que integran una cierta oración y la función que cumple cada parte.
Métodos y enfoques
Resulta interesante dirigir la mirada hacia los métodos y enfoques que amplían y diversifican al análisis morfológico.
En este punto salen a la luz alternativas como el análisis morfológico automático, una opción ideal para clasificar morfológicamente a las palabras. La comprensión acerca de la estructura de palabras y su formación se favorece al centrarse en la morfología generativa, mientras que la morfología computacional es indispensable para el procesamiento del lenguaje natural.
También hay especialidades y categorías como los casos de la morfología distribucional, la morfología estructural, la morfología descriptiva, la morfología diacrónica y la morfología comparativa. Gracias a ellas y a otras herramientas se consigue un panorama preciso en relación al surgimiento y la evolución tanto de vocablos como de particularidades de lenguas. En base a esas informaciones y al cotejar sistemas o lenguas se arriba, por ejemplo, a la identificación de patrones lingüísticos de alcance universal. Al respecto no hay que dejar de considerar ni de analizar la morfología de lenguas modernas, la morfología de lenguas clásicas ni la morfología de lenguas indígenas.

La innovación morfológica fomenta el surgimiento de formas novedosas de palabras que reflejan valores y culturas propias de una nación, por ejemplo.
Técnicas y herramientas de análisis morfológico
El análisis morfológico, que se aplica en un gran número de actividades y áreas de conocimiento, no está exento de dificultades ni de limitaciones. Las ambigüedades, las variaciones dialectales y la complejidad propia de la estructura interna de las palabras son desafíos que requieren investigación y herramientas para seguir mejorando y aprendiendo.
Gracias a la incesante labor que se ha ido haciendo en este ámbito y al avance de la tecnología, al día de hoy se cuenta con instrumentos y datos para la elaboración de bases de datos morfológicas y la realización del proceso centrado en la segmentación del habla a fin de reconocer los límites existentes entre sílabas, fonemas o palabras.
El método de raíz empírica definido como análisis de corpus, por sumar otra referencia, es un camino centrado en el análisis de textos gracias al cual se pueden examinar muestras de lenguaje natural.
Por último es conveniente señalar que es atractivo asesorarse y ampliar los conocimientos en cuanto a las particularidades de los análisis morfológicos que se llevan a cabo en diversas lenguas (como las románicas, eslavas, indígenas americanas, urálicas y las afroasiáticas, por enumerar varias a modo orientativo).