Antivirus es un concepto que se utiliza en el terreno de la informática con referencia a un software que está en condiciones de buscar y eliminar virus en un sistema informático. Cabe destacar que estos virus son programas que se alojan en la memoria de un ordenador (computadora) con el objetivo de dañar datos o de alterar el normal funcionamiento del equipo.
Antes de avanzar, es importante indicar que el término que nos ocupa es un neologismo que se ha conformado a partir de la suma de dos partes: el prefijo griego anti-, que puede traducirse como «contra»; y el sustantivo latino virus, que significa justamente «virus».
Funciones de un antivirus
Puede decirse que tanto un antivirus como un virus son programas informáticos. Mientras que los virus son dañinos, los antivirus tienen el objetivo de contrarrestar su efecto. De este modo, se encargan de buscar los virus para bloquear su accionar. Además pueden desinfectar los archivos que ya fueron corrompidos por el virus.
Los antivirus, por otra parte, tienen una función preventiva. Cuando una persona cuenta con un antivirus instalado en su equipo, el software puede monitorear de manera constante y advertir si un virus intenta acceder al sistema a través de un archivo. Así el usuario logra impedir la infección.
Existen múltiples tipos de antivirus que se diferencian por el alcance de sus prestaciones. Hay virus que realizan ciertas acciones específicas (como los troyanos o el spyware), una particularidad que dio lugar a los antivirus especializados. Por otra parte, como el resto del software, los antivirus pueden tener distintas licencias (de pago, freeware, etc.).
Características principales
Además de todo lo indicado, podemos establecer que, aunque son muchos los antivirus que se encuentran en el mercado, hay que apostar por uno que cumpla con una serie de requisitos básicos. Se trata de condiciones que certifican que va a funcionar de la manera correcta:
- Es capaz de detener virus.
- Acomete la eliminación de infecciones.
- Dispone de un servicio de atención al cliente y de apoyo técnico.
- Posee la capacidad de actualizarse para así poder detectar nuevos virus.
- Puede crear copias de seguridad.
- También es capaz de detectar otra serie de elementos peligrosos para el equipo, como pueden ser el spyware, spam, phishing…
Todas esas características son fundamentales a la hora de elegir un antivirus, para lo que también es necesario tener en cuenta otra serie de consideraciones:
- Tiene que ser de fácil utilización y también debe disponer de un sistema de configuración sencillo.
- Debe contar con un precio realmente competitivo y adecuado al mercado.
- Es importante hacer uso de la Red para conocer no solo opiniones de usuarios sobre el mismo sino también las específicas y profesionales de expertos en la materia.
- No menos relevante es que hay que fijarse en que se encuentre avalado por una marca de reconocido prestigio, como McAfee, Kaspersky, Avast, AVG, Avira o Symantec.
Los especialistas, en definitiva, sugieren siempre contar con un antivirus de un fabricante reconocido. El programa debe actualizarse con frecuencia para que su base de datos de virus no quede obsoleta. Además es recomendable realizar escaneos del equipo con periodicidad para buscar eventuales infecciones que no hayan sido detectadas aún.
Consejos para el usuario de un antivirus
La actualización de antivirus es una tarea que el usuario nunca debe pasar por alto. Si no se configura el programa para que lo haga automáticamente, hay que acordarse de hacerlo de manera periódica, prestando atención a los avisos y alertas del software: de lo contrario, el almacenamiento seguro de datos en el equipo estará en riesgo.
El análisis de amenazas, por otra parte, debe llevarse a cabo en tiempo real. Se necesita contar con el antivirus activo y en funciones siempre que se navega por Internet, para que sea posible posible detectar los virus y los intentos de cibercrimen. El escaneo de virus, asimismo, tiene que ser una actividad frecuente.
Más allá de los antivirus, de todos modos, se deben considerar otras medidas de prevención, como utilizar una contraseña segura para acceder a servicios online y observar el certificado digital de los sitios donde se introducen datos personales.
A nivel general, puede decirse que el usuario tiene que encargarse de la protección de la identidad y de los recursos digitales que dispone. Además debe prever algún método de recuperación de desastres en caso de que un daño se materialice; en este sentido, es imprescindible realizar una copia de seguridad (backup) de la información. Una buena opción es tener un respaldo en la nube.
Lo importante es que cada persona comprenda, aunque sea a un nivel básico, a qué amenazas se enfrenta cuando usa un equipo electrónico (una computadora, un teléfono) y al navegar en la Web. No alcanza con instalar un antivirus eficiente y efectivo si no se respetan las pautas elementales de cuidado, como no abrir archivos adjuntos que llegan en un correo electrónico de remitente desconocido ni enviar por dicha vía las contraseñas personales.