El origen etimológico del término arpillera es incierto, aunque podría vincularse al aragonés sarpillera o al francés serpillière. Se llama arpillera a un tejido de estopa que permite proteger diversos elementos de la humedad y del polvo.
Tejido de estopa
La estopa, en tanto, es una tela que se desarrolla con hilo de cáñamo, lino o yute. Con estopa se puede crear el tejido grueso denominado arpillera, que se usa como cobertor, para el desarrollo de productos de embalaje y en la fabricación de objetos decorativos y prendas de indumentaria, por ejemplo.
Las bolsas de arpillera, por mencionar un caso, suelen utilizarse para embalar café, carbón o frutas. La arpillera es un material bastante resistente, con lo cual también puede usarse para crear cualquier clase de bolsa reutilizable.
En el terreno de la tapicería también se recurre a la arpillera. Es posible tapizar butacas y sillas con arpillera, confeccionar alfombras o incluso recubrir paredes en un ambiente de estilo campestre. Por otra parte, hay diseñadores de indumentaria que apelan a la arpillera para la creación de blusas, camisetas y delantales.
Mantenimiento de la arpillera
Es importante tener en cuenta que, más allá de su resistencia y de su versatilidad, el mantenimiento de la arpillera requiere de varios cuidados. Uno de los problemas más usuales es la rotura de las fibras, razón por la cual debe manipularse con precaución y sin estirarla demasiado.
Por otra parte, la arpillera es especialmente propensa a juntar malos olores, sin necesidad de que la expongamos a ellos durante mucho tiempo. Por eso debemos asegurarnos de dejarla en sitios bien ventilados, cada tanto llevándola al aire libre para que el exceso de humedad se quite con el calor del sol.
Se recomienda lavar la arpillera con agua fría y evitando restregar y retorcer. Para quitar eventuales olores desagradables, suele sugerirse espolvorear bicarbonato de sodio sobre la tela y dejar actuar al menos un día antes de sacudir la arpillera.
Lavado a máquina
Como se menciona más arriba, lavar la arpillera no es difícil, pero requiere tener en cuenta ciertas recomendaciones para evitar que se forme un olor poco agradable. Además, si la lavamos con cuidado también podemos deshacernos de la suciedad más difícil de quitar, que suele quedarse aferrada al tejido.
La primera opción es la más fácil, aunque también la más costosa a nivel económico: usar la lavadora. Se recomienda no colocar ningún otro artículo en la máquina, dado que desprende mucha pelusa que podría quedar adherida a las demás prendas. De hecho, si tenemos muchos productos de arpillera, también se aconseja no ponerlos todos juntos. La cantidad de detergente que necesitamos es la mitad que usamos en general; con respecto al tipo, no es relevante.
La temperatura máxima recomendada es «tibia», que suele usar la lavadora como parte de sus programas para prendas delicadas. Con respecto al secado, hacerlo al aire libre, tendida en una parte de la casa con buena ventilación. Finalmente, sacudirla para que caiga la pelusa excedente; si fuera necesario, usar un rodillo especial para retirarla por completo.
Lavado a mano
Si bien es preferible el agua fría, también se puede usar tibia. En primer lugar, debemos llenar el lavabo, un cubo o incluso la bañera, dependiendo de la cantidad de arpillera que debamos lavar. Luego, agregamos la proporción de detergente necesaria (como hemos indicado arriba, la mitad de lo que usamos para la ropa).
Sumergimos el tejido y empujamos hacia abajo para que se humedezca por completo. Lo dejamos entre un cuarto de hora y veinte minutos en agua, y finalmente vaciamos el recipiente. Abrimos el grifo de agua fría, y presionamos la arpillera suavemente bajo el chorro para quitarle el jabón y los restos de suciedad. El último paso es igual al del lavado a máquina, es decir que la secamos al sol.