El asociacionismo es una corriente de la psicología que surgió en Gran Bretaña y que pretende dar explicación a las cuestiones psíquicas a partir de los principios que rigen la asociación de ideas. Esta teoría, en definitiva, reflexiona sobre cómo los pensamientos establecen diferentes clases de combinaciones en la mente.
John Locke (1632–1704), de acuerdo a los postulados de Aristóteles (384 A.C.–322 A.C.), aseguraba que los seres humanos nacen en blanco, sin ningún clase de habilidad innata o de aptitud natural. Sólo las experiencias que las personas viven con el paso del tiempo les permiten desarrollar ciertas representaciones, lo que quiere decir que las ideas no surgen a través del raciocinio.
El asociacionismo según la psicología
De acuerdo a la psicología experimental, por otra parte, se habla de asociacionismo pasivo para indicar cómo la mente actúa como un reflejo de las representaciones naturales que dan sentido a la existencia.
En este sentido, habría que subrayar que dentro de ese citado campo de la psicología muchas son las escuelas que han abordado y apostado, de un modo u otro, por lo que es el asociacionismo. De esta manera, por ejemplo, se podría destacar la psicología mentalista de corte empirista, el conductismo que se basa en la unión estímulo-respuesta, el conexionismo que gira entorno a la conducta y los procesos mentales, o el psicoanálisis que se centra en la libre asociación de ideas como método terapéutico.
David Hartley (1705–1757) y James Mill (1773–1836) también postularon que la conciencia es la consecuencia de la ley de asociación, que supone una vinculación de los elementos que se captan mediante los sentidos.
Un movimiento social
El asociacionismo es, en otro sentido, un movimiento de índole social que propone la creación de asociaciones políticas, cívicas y de otro tipo para tratar los asuntos de interés comunitario.
En estos momentos precisamente dentro de lo que es el asociacionismo hay que destacar el auge que ha experimentado aquel que tiene lugar en el seno de lo que es la juventud. Así, los distintos organismos y administraciones públicas, tanto a nivel local como provincial o nacional, fomentan la unión de los jóvenes para la puesta en marcha de esas mencionadas asociaciones.
Y es que gracias a esos grupos de trabajo sus integrantes tienen al alcance de la mano el participar de manera activa en lo que es la sociedad en la que viven realizando propuestas, planteando proyectos que les interesen o desarrollando todo tipo de acciones que vayan en mejora tanto de su bienestar como del resto de ciudadanos.
Una frase que podría servir como ejemplo de lo que hemos expuesto en último lugar es la siguiente: “El Ayuntamiento de Madrid incentivó el asociacionismo entre la juventud y consiguió que esta pusiera en marcha la Asociación Cultural Juvenil desde la que se realizan talleres de lectura, representaciones teatrales y conciertos”.
Por último, cabe destacar que en el marco de la educación social, el asociacionismo es un postulado que sostiene que la participación de los ciudadanos en el debate público es el mejor camino para modificar la realidad y mejorar las condiciones colectivas de vida, ya que permite perseguir el bien común.