La acción de barruntar consiste en anticipar, predecir o suponer algo a partir de un indicio o una señal. En un sentido amplio, la noción alude a anunciar un acontecimiento futuro.
Presentir
Muchas veces barruntar se asocia a presentir o a tener una corazonada. Por lo tanto, barruntar implica desarrollar una cierta sensación acerca de una cosa que ocurriría más adelante en el tiempo.
Al barruntar, no se tienen certezas o pruebas que permitan ratificar aquello que se anticipa. Es importante señalar que lo habitual es que la noción se emplee respecto a una impresión negativa.
Algunos de los diversos sinónimos que podemos utilizar para sustituir este término son los siguientes: sospechar, suponer, presumir, intuir, inferir, husmear, predecir, olerse, conjeturar, prever, maliciar y vislumbrar. Dependiendo del contexto, es posible usar un antónimo, como ser ignorar o desconocer.
Algunos ejemplos
En las siguientes tres oraciones, vemos el término barruntar en contexto para facilitar su comprensión: “Varios opositores al gobierno, pese a las estadísticas favorables de los últimos tiempos, ya comenzaron a barruntar que la crisis económica recrudecerá en los próximos meses”, “Quienes conversaban con la niña no llegaban a barruntar en ella algún atisbo de enfermedad pero, sin embargo, su condición era muy grave”, “Conociendo la personalidad de mi tío y su poco apego al esfuerzo, podemos barruntar que, si renuncia a este empleo, no volverá a trabajar en mucho tiempo…”.
El primer ejemplo nos expone de manera clara que no siempre existen razones para experimentar esta suerte de presentimiento: no importa que las estadísticas de los últimos tiempos hayan dado resultados positivos, y quizás prometedores, algo les dice a los opositores que la situación económica empeorará en breve. Dado que barruntar es también sinónimo de conjeturar, concepto en el que entra en juego el juicio y la observación, podemos entender que estas personas tienen ciertos conocimientos técnicos y experiencia que avale su visión del futuro, pero nada de esto es suficiente para afirmar que ocurrirá lo que creen.
La segunda oración nos refuerza la falta de información que puede darse tanto para barruntar un hecho o una situación como para no poder hacerlo: dado que el estado de salud de la niña era muy grave pero no se notaba a simple vista, muchos habrán intuido que se encontraba bien, demostrando la debilidad de los presentimientos frente al conocimiento científico. La tercera no es más que una conjetura, ya que el tío del emisor puede actuar de manera opuesta, no es posible afirmar cómo será su destino.
Tomemos el caso de un joven que visita a su abuelo. Si bien el anciano se encuentra en buen estado de salud, el muchacho se marcha de su casa con una sensación extraña y fea: por algún motivo, siente que es la última vez que verá a su querido familiar. Algo en la mirada del hombre o en sus palabras le hacen barruntar que esa sería la despedida. Como se puede advertir, no existe una razón concreta que lleve al nieto a experimentar eso.
Anuncios simbólicos
El verbo anunciar tiene dos usos bien definidos: uno objetivo, en el cual se combina con un sujeto que lo ejecuta, el cual debe ser un ser humano; y uno subjetivo, que se aplica a la sensación de que algo va a ocurrir a causa de un suceso inesperado o una situación generalmente provocada por objetos inanimados.
La palabra barruntar se puede usar como sinónimo de esta segunda acepción, para describir esos presentimientos que a veces tenemos al observar un hecho. Por ejemplo: «El silencio de aquellos días barruntaba la ruptura», «Si tan sólo me hubiera dado cuenta de que el tono de su voz barruntaba lo que ocurriría, habría actuado a tiempo«, «No creo que debamos salir, ya que el cielo barrunta una tormenta muy severa».