El concepto de bocina (del latín bucīna) tiene varios usos y aceptaciones. Se trata, por ejemplo, de un instrumento de metal en forma de trompeta, que presenta una embocadura para colocar los labios y hablar desde lejos. Bocina también es un instrumento que se hace sonar de forma mecánica en los automóviles y en otros vehículos.
En varios países, se denomina bocina a la parte de los teléfonos a la cual se debe acercar la boca para hablar y al pabellón con que se reforzaba el sonido en los gramófonos.
Y todo ello sin olvidar tampoco que en diversos puntos de la geografía mundial se utiliza el término bocina como sinónimo de altavoz. Este sería el caso, por ejemplo, de Cuba.
Por otra parte, bocina es sinónimo del instrumento musical conocido como cuerno y de la caracola que produce un sonido similar al de la trompa.
En su uso más usual, el término bocina (o claxon) se refiere al instrumento compuesto por una pera de goma y una trompeta. Cuando se presiona la pera, sale aire por la trompeta, lo que crea sonido. En la actualidad, el mecanismo ha sido sustituido por un dispositivo que funciona mediante la energía eléctrica.
Este tipo de bocina que hemos citado donde más se suele utilizar es en competiciones deportivas. Y es que cuando hay un partido de fútbol o de baloncesto, o de cualquier otra disciplina deportiva, muchos son los aficionados que acuden al mismo provistos de uno de estos artilugios con el claro objetivo de hacer ruido y así, mediante él, animar a su equipo para que pueda conseguir el triunfo.
Además de todo lo expuesto tampoco podemos pasar por alto el hecho de que también nos encontramos en nuestro vocabulario con el término bocinar, un verbo que está muy en relación con el vocablo que nos ocupa. Y es que dicha forma verbal se utiliza para hacer referencia a que alguien en cuestión está tocando la bocina o bien está haciendo uso de la misma para hablar.
No podemos olvidar tampoco que una de las estrellas más importantes de la historia del cine convirtió una bocina en su principal seña de identidad. Nos estamos refiriendo a Harpo, uno de los míticos hermanos Marx. Y es que dicha figura, a la hora de establecer cada uno de los rasgos de los personajes que les dieron fama internacional gracias a multitud de comedias, determinó que el suyo iba a ser mudo y que se comunicaría con su entorno a través de los toques que daba a una bocina.
La bocina de los coches se ha constituido como uno de los principales factores de contaminación sonora o acústica. Suele utilizarse de forma indiscriminada, sin respeto por las demás personas.
Sin embargo, la función de la bocina en los vehículos debe ser evitar posibles accidentes, avisar sobre la posición del coche a quien intenta incorporarse a la vía y señalizar la circulación. Los psicólogos han advertido que la bocina se utiliza, en muchas ocasiones, como un símbolo de poder o como una forma de desahogar frustraciones.