Un canciller es una autoridad que, de acuerdo al país, cumple con diferentes funciones. Un canciller puede ser desde el presidente de la nación hasta el ministro de Asuntos Exteriores, pasando por el responsable de un establecimiento educativo y el secretario de una diócesis.
Lo primero que hay que hacer, antes de avanzar con el significado del término , es descubrir su origen etimológico. En este caso podemos advertir que se trata de una palabra de origen francés, pues deriva de chancelier. Este era el nombre con el que se conocía a la persona que se encargaba de custodiar el sello de la corona.
No obstante, hay que saber que ese término galo deriva, a su vez, del latín cancellarius, que puede traducirse como “el que cancela”.
Funciones del canciller
A nivel general, por lo tanto, puede decirse que un canciller es un funcionario que ocupa un cargo de mucha importancia. En algunos sistemas parlamentarios, el canciller es el jefe de Gobierno.
En el caso de Alemania, por ejemplo, el canciller es designado por el presidente a partir de una votación que tiene lugar en el Parlamento Federal (el Bundestag). El canciller alemán tiene un mandato de cuatro años, aunque puede ser reelegido sin limitaciones.
En muchos países latinoamericanos se llama canciller al ministro de Relaciones Exteriores. Se trata del funcionario que tiene a su cargo la diplomacia del Estado y la gestión de los vínculos con el resto de las naciones. Como ocurre con los demás ministros y con los secretarios de un gobierno, su elección recae en el presidente.
La figura de Otto von Bismarck
A lo largo de la historia han existido numerosos cancilleres y todos, de un modo u otro, han dejado su huella. No obstante, uno de los más relevantes fue el canciller prusiano Otto von Bismarck, conocido popularmente como “el canciller de hierro”. Con este seudónimo se pretendía dejar patente la determinación, la valentía y la firmeza que tenía a la hora de alcanzar todos los objetivos que se había marcado.
Si ha pasado a ser una figura relevante a nivel histórico es sobre todo porque fue el gran responsable de la unificación alemana. De ahí que se pueda establecer que pasó a ser un personaje fundamental en los entramados políticos del siglo XIX en Europa.
Bismarck pertenecía a una familia noble y legó ilustres frases tales como “un gran hombre es conocido por tres signos: la generosidad en el diseño, la humanidad en la ejecución y la moderación en el éxito”.
Canciller en la educación
La idea de canciller también aparece en el ámbito de la educación. Las universidades católicas cuentan con un gran canciller, quien es la autoridad más importante del establecimiento a nivel eclesiástico y formal. El responsable académico, en cambio, es el rector.
Siguiendo con el catolicismo, un canciller puede ser un diácono o un sacerdote cuya función es archivar las actas de una diócesis. Además cumple el rol de notario, teniendo la facultad de certificar documentos y de realizar diversas tareas administrativas.