Para poder conocer a fondo y de forma completa el significado del término coartada, vamos a proceder, en primer lugar, a descubrir su origen etimológico. En este caso, podemos establecer que se trata de una palabra que deriva del latín. En concreto, es fruto de la suma de los siguientes componentes:
-El prefijo “con-”, que puede traducirse como “junto”.
-El verbo “artare”, que es sinónimo de “estrechar”.
-El sufijo “-ada”, que se usa para indicar “que ha recibido la acción”.
La coartada es una justificación o un argumento que permite desvincular a una persona de un determinado hecho. El concepto suele utilizarse con referencia a aquello que alude un individuo para demostrar que no es el autor de un cierto delito.
Por ejemplo: “La coartada del sospechoso es que, en el momento del asesinato, se encontraba a cien kilómetros de lugar”, “Las nuevas pruebas halladas por los investigadores derribaron la coartada del funcionario acusado de corrupción”, “Si no tienes una coartada, podrías terminar preso”.
En el terreno del derecho penal, se entiende a la coartada como la demostración de la ausencia en un sitio donde tuvo lugar un crimen. Cuando un sujeto tiene una coartada, logra evidenciar que no estuvo físicamente presente en el sitio en cuestión y, por lo tanto, no tuvo una participación directa y activa. La coartada, por lo tanto, es una prueba de defensa.
Supongamos que a un hombre lo acusan de haber asesinado a su esposa. El crimen tuvo lugar el 4 de marzo a las 10 de la mañana y un testigo afirma haber visto en la zona a un individuo con características físicas similares a las del acusado. El hombre, sin embargo, tiene una coartada: muestra, a través de un pasaje de avión, un sello en su pasaporte y una reserva hotelera que, ese día y a esa hora, estaba en otro país, a miles de kilómetros de distancia. Esta coartada es su principal defensa: no pudo haber sido el autor material del asesinato ya no estaba en el lugar donde mataron a su esposa.
En el ámbito de la literatura se ha utilizado en numerosas ocasiones el término que nos ocupa para titular distintas obras. Buena muestra de ello es la novela “La coartada”, escrita por Malcom Rose. Un libro que da comienzo con el descubrimiento del cadáver de Stuart Burrage en su propia casa. La policía inicia una investigación y rápidamente consigue dar con el culpable.
No obstante, el hijo del asesinado tiene claro que ese individuo que han atrapado no es el criminal. Sabe que la responsable de la muerte es su madrastra e intentará hacer todo lo posible para demostrarlo. No obstante, no lo tendrá nada fácil porque ella tiene una coartada.
En el ámbito cinematográfico también nos topamos con varias películas que usan en sus títulos el término que nos ocupa. Un buen ejemplo es el filme “La coartada”, estrenada en el año 2006 y que tiene como director a Kurt Mattila y Matt Checkowski.
Steve Coogan, Rebeca Romjin o Selma Blair son los actores de este largometraje que presenta a un hombre que dirige un servicio de coartadas para maridos infieles.
