La Corte Penal Internacional es un tribunal permanente que se rige por el Estatuto de Roma y cuyo funcionamiento se puso en marcha en 2003. Conocida por la sigla CPI, su finalidad es juzgar delitos de gravedad como crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad, crímenes de agresión y genocidios.
Con sede en La Haya (Países Bajos), con lo cual suele ser mencionada como Tribunal de La Haya, se trata de un instrumento del derecho internacional penal que se constituye como una valiosa herramienta de justicia global.
Historia de la Corte Penal Internacional
El origen de la Corte Penal Internacional se sitúa en 1998, cuando se adoptó el Estatuto de Roma. Dicho documento reconoce cuatro crímenes internacionales (de agresión, de guerra, de lesa humanidad y genocidio) que no prescriben y establece que la CPI puede llevar a cabo la investigación y el juicio de ellos cuando los Estados no están en condiciones de desarrollar los procesos por sí mismos o no desean hacerlo.
No obstante, antes del Estatuto de Roma hubo diversas iniciativas y acciones que permitieron ir avanzando hacia la instauración de un tribunal internacional como la CPI. Si bien cuando finalizó la Primera Guerra Mundial hubo un intento de los ganadores de juzgar a Guillermo II de Alemania que no prosperó, recién se logró concretar una medida de este tipo con los Juicios de Núremberg y de Tokio tras la Segunda Guerra Mundial.
Poco tiempo después, el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) comenzó a analizar la posibilidad de crear un tribunal para complementar la labor de la Corte Internacional de Justicia, aunque no se pudo progresar al respecto.
Ya en los años 90, se trabajó con el concepto de tribunal ad hoc: así, gracias a la cooperación internacional, se estableció un tribunal para la ex-Yugoslavia y un tribunal para Ruanda con la finalidad de juzgar los crímenes contra la humanidad.
Finalmente en 1998 se adoptó el Estatuto de Roma. La Corte Penal Internacional entró efectivamente en funciones en 2003 y desde entonces ha intervenido en casos de violaciones de los derechos humanos y crímenes graves impulsando la persecución penal de sus responsables.
Sus características
La Corte Penal Internacional se organiza mediante una presidencia, una secretaría, una oficina del fiscal y divisiones judiciales. Además cuenta con dos oficinas semiautónomas (la Oficina del Abogado Público para la Defensa y la Oficina del Abogado Público para Víctimas) y administra un Fondo para las Víctimas.
En la actualidad (noviembre de 2024), la presidenta de la CPI es la
jueza japonesa Tomoko Akane. Desde 2021, en tanto, el jefe fiscal de la CPI es el británico Karim Khan.
La CPI goza autonomía de los Estados y de otros poderes. Se rige por principios como la responsabilidad penal individual (juzga personas físicas), la complementariedad (interviene cuando una nación no puede o no desea juzgar acontecimientos que son competencia del tribunal) y la imprescriptibilidad (el paso del tiempo no extingue la acción).
Función de la Corte Penal Internacional
Como ya indicamos, la Corte Penal Internacional es un tribunal de jurisdicción internacional que juzga crímenes graves. Las
investigaciones de la CPI pueden iniciarse de oficio por parte del jefe fiscal, a pedido del Consejo de Seguridad de la ONU o mediante la remisión de hechos realizada por un Estado parte.
El fiscal está en condiciones de archivar los pedidos o de elevar una
acusación, que pasa a revisión por parte de la Sala de Cuestiones
Preliminares. Cuando se considera que la acusación es procedente, toma intervención la Sala de Primera Instancia, que desarrolla el juicio. Concluido el proceso, el eventual condenado y el fiscal pueden recurrir a la Sala de Apelaciones si lo consideran apropiado.
En cuanto a las sentencias de la CPI, pueden llegar a la cadena
perpetua. Su cumplimiento puede efectuarse en Países Bajos (donde el tribunal tiene su sede) o en otro país si se establece un convenio.
Cabe destacar que la gestión de la CPI es realizada por la Asamblea de Estados Partes, formada por los representantes de los 124 países que adhirieron y ratificaron el Estatuto de Roma. Esta Asamblea actúa como ente legislativo pero no es un órgano de la Corte Penal Internacional, con lo cual se mantiene la independencia y la imparcialidad política del tribunal.
Sus casos
En sus más de dos décadas de historia, la Corte Penal Internacional ha intervenido en varios casos de gran trascendencia.
El tribunal, por ejemplo, emitió dos sentencias por hechos que se desarrollaron en Malí, donde en 2012 grupos armados tomaron regiones del norte del país. En 2016, la CPI declaró culpable a Ahmad Al Faqi Al Mahdi por ataques intencionales contra bienes culturales. Más adelante, también encontró culpable a Al Hassan Ag Abdoul Aziz, en este caso por crímenes de lesa humanidad y de guerra.
En 2019, en tanto, la CPI condenó a 30 años de prisión a Bosco Ntaganda por haber cometido crímenes de guerra y de lesa humanidad en la República Democrática del Congo entre 2002 y 2003. El ugandés Dominic Ongwen, asimismo, también fue condenado por la CPI en 2021.