Se denomina cosmografía a la disciplina que se encarga de describir el mundo desde el punto de vista astronómico. La astronomía, en tanto, es la ciencia centrada en los astros (los cuerpos celestes).
Cosmografía es un término que deriva del latín tardío cosmographĭa, a su vez procedente del griego kosmographía. El primer registro del uso de este concepto se encuentra en un trabajo de Claudio Ptolomeo, en el siglo II.
La cosmografía, apelando a recursos de la astronomía y de la geografía, plasma distintas características del universo a través de mapas. Por lo tanto, produce representaciones gráficas de la Tierra y de la bóveda celeste.
Más adelante, comenzó a vincularse la cosmografía a las herramientas y los recursos obtenidos mediante la astronomía y las matemáticas para facilitar la navegación, en especial los viajes transatlánticos. De este modo, la cosmografía fue clave para impulsar el comercio y la exploración.
A lo largo del siglo XVI, por ejemplo, los españoles usaron la cosmografía de esta manera. Más específicamente, se aprovechó en la Casa de la Contratación de Indias, una institución originada en el año 1503 que pertenecía a la Corona de Castilla. El objetivo de esta Casa era la promoción de la navegación entre España y sus colonias en ultramar.
Anteriormente, desde la última porción de la Edad Media, los conocimientos relacionados con la cosmografía habían sido especialmente valorados por los europeos del suroeste. En particular interesaban a los reinos cristianos de la península que deseaban resolver el monopolio que los comerciantes de Italia tenían en los tratos con Oriente. Con este propósito, probaron la navegación por las aguas del océano Atlántico hasta llegar a los puertos flamencos sin pasar por las tierras otomanas.
Al experto cuya función consistía en la confección de planos, mapas y cartas de navegación se lo conocía como cosmógrafo. El cosmógrafo mayor del Virreinato del Perú, por ejemplo, tenía una gran responsabilidad científica en dicha región: incluso dictaba clases y desarrollaba un anuario astronómico.
Este cargo se creó en el año 1618 y duró hasta pasada la declaración de la Independencia, más específicamente hasta 1873. Desde su primera etapa hasta su supresión, las responsabilidades del cosmógrafo mayor fueron aumentando, incluso llegando a tener un puesto en la Universidad de San Marcos, al frente de la Cátedra de Prima. Desde la década de 1680, a la confección de mapas y planos se sumó la de un anuario de información astronómica, como ser El conocimiento de los Tiempos, que data de 1708.
Tanto el puesto de cosmógrafo mayor como el anuario continuaron vigentes luego de la Independencia, aunque este último recibió diferentes nombres en sus últimas décadas: desde repertorio o lunario hasta Guía política, eclesiástica y militar. En la ya mencionada Casa de Contratación de Indias, el puesto equivalente al de cosmógrafo se llamaba Piloto mayor, y su primer representante fue Américo Vespucio. De hecho, ya en la primera mitad del siglo XVI se creó el cosmógrafo mayor y maestro de hacer cartas para complementar sus labores.
El primero en ocupar este puesto dedicado a la cosmografía en el Virreinato del Perú fue Lucas de Quirós. Desde entonces le siguieron otros trece cosmógrafos a lo largo de poco más de un siglo y medio.
Cabe resaltar que la noción de cosmografía también se emplea para nombrar a las obras y los documentos antiguos que reflejaban las descripciones del mundo. En el siglo VII se dio a conocer la “Cosmografía de Rávena”, compilada de manera anónima, que recoge documentación de siglos precedentes. En 1507, en tanto, se publicó “Introducción a la cosmografía” (“Cosmographiae Introductio”) a modo de complemento del mapa y el globo de Martin Waldseemüller.
