Del latín defēctus, un defecto es una imperfección en alguien o algo. El diccionario de la Real Academia Española (RAE) define al término como la carencia de alguna cualidad propia de algo.
Por ejemplo: «Quisiera cambiar este pantalón: tiene un defecto a la altura de la rodilla», «Los analistas declararon que el nuevo coche de la firma alemana es casi perfecto ya que resulta muy difícil encontrarle algún defecto», «La tendencia a exagerar es tu peor defecto».
Tipos de defectos
El concepto se utiliza como sinónimo de error, fallo o desperfecto. Los defectos pueden ser perceptibles por los sentidos (como una camisa a la que le falta un botón), advertirse en el funcionamiento de alguna cosa (un coche con problemas de freno) o estar vinculados a algo más simbólico o subjetivo (los defectos morales de una persona).
El ser humano tiene a reconocer dos tipos de defectos en su persona o en el prójimo: los defectos físicos y los defectos internos. Los defectos físicos suelen estar asociados a un ideal de belleza y pueden ser disimulados con diversas técnicas (cierta vestimenta, maquillaje, etc.).
Problemas físicos
No obstante, hay que subrayar que a nivel físico existen una serie de defectos de cierta gravedad que lo que pueden hacer es que, en algunos casos, la persona en cuestión tenga que someterse a una serie de intervenciones quirúrgicas para conseguir que sus órganos y el funcionamiento de los mismos no se vean perjudicados.
Así, por ejemplo, existe lo que se conoce como defectos del tubo neural que son aquellos que se identifican por ser de tipo congénito y por afectar tanto a la médula espinal como al cerebro. Diversas son las clases que existen de aquellos, no obstante, entre los más frecuentes se encuentran la anencefalia o la espina bífida, que ocasiona incapacidad de movimiento en las piernas.
Por otro lado, está también lo que se da en llamar defecto del tabique ventricular que, como su propio nombre indica, afecta directamente al corazón. En concreto, aquel lo que supone es que la persona que lo tiene cuente con una abertura anormal en lo que es la pared que se encarga de separar los dos ventrículos que posee dicho órgano.
De tipo congénito es también este defecto que puede llevar a que la persona en cuestión tenga una serie de problemas físicos de gran calado que pueden derivar en otros defectos de tipo cardiológico. Sin embargo, algunos de ellos lo más habitual es que se corrijan en un quirófano para que así el paciente pueda desarrollar una vida, en la medida de lo posible, lo más normal posible.
Defectos internos
Los defectos internos, en cambio, están vinculados a una actitud o un comportamiento que resulta dañino para la propia persona o para el resto de la gente.
Los psicólogos insisten en que las personas deben reconocer y aceptar los defectos, tanto propios como ajenos. Esa es la única forma posible de alcanzar el bienestar y de desarrollar una convivencia armónica.
El término en el derecho
Para el derecho, por último, un defecto de forma es una falta que deriva de una infracción en las normas procesales.
Estos defectos pueden generar la nulidad de las actuaciones judiciales.